ARQUITECTURA PALAFÍTICA
EXTENSIÓN NATURAL DEL PAISAJE
autor
—
Romain Roy-Pinot
en colaboración con
María Daniela Villota Dáger
En el artículo “Arquitectura Vernácula en México”, nos habíamos interesado en el amplio espectro de expresiones constructivas, arquitectónicas y culturales vinculadas con la arquitectura vernácula mexicana. Tiene como factor común la adaptación y adecuación a un territorio propio, sea por el uso de materiales endémicos o por resoluciones espaciales tradicionales. Si en México lo vernáculo toma diferentes formas, nos enfocamos en este artículo en una forma de habitar particular: los palafitos. Estas construcciones elevadas son intrínsecamente el manifiesto de una vida humana que deja intacto el paisaje, creando una segunda capa funcional. La arquitectura palafítica representa una solución constructiva y arquitectónica que se puede encontrar en diferentes territorios; América Latina no es la excepción. ¿Por qué “elevarse” para construir ha sido un método empleado por diferentes civilizaciones a lo largo del mundo? ¿Qué implicaría construir nuevas arquitecturas palafíticas en el primer cuarto del siglo XXI y cuál es el destino de los palafitos tradicionales que siguen animando numerosos paisajes latinoamericanos?
Para la realización de este artículo, nos apoyamos en el trabajo de investigación de María Daniela Villota Dáger, quien se interesó —junto a Maryland Morant y María José Viñals— en el origen de los palafitos y en su manifestación en la provincia de Manabí, en Ecuador. Veremos que varios territorios latinoamericanos siguen empleando la arquitectura palafítica para “hacer ciudad”. Los palafitos representan un tema de exploración fascinante a la par arquitectónico y sociocultural, ya que han respondido a la necesidad de adaptarse a estos ambientes tan característicos y que incluían elementos arquitectónicos a partir de materiales que provenían de los humedales cercanos asociándose de esta forma al patrimonio material inmueble y al patrimonio inmaterial.1 Este texto tiene vocación de entender cómo la arquitectura palafítica surgió y se manifestó de diferentes formas según contextos tanto geográficos como sociales. Se reflexionará sobre el porvenir de estas manifestaciones arquitectónicas vernáculas, suspendidas en lugares tanto marítimos como terrestres.
a leer: ARQUITECTURA VERNÁCULA EN MÉXICO
1. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
Fotografía desde interior de palafito antiguo,
foto tomada en 1950 y extraída del libro Palafitos de Castro / Chiloé y Edward Rojas y Bárbara Elmudesi (Salesianos, 2014)
© Antonio Quintana
origen y definición de los palafitos.
La arquitectura palafítica tradicional es una manifestación espacial vernácula que consiste en la construcción sobre palos o pilotes, los cuales pueden ser de madera o caña (especies vegetales propias de medios lacustres y lagunares) y, en los últimos tiempos, de hormigón y/o acero, con el fin de responder a la necesidad de elevar una plataforma habitable sobre el nivel de suelo o para protegerla de eventuales inundaciones, y en menor medida, del ataque de animales salvajes. Toda esta filosofía responde a una herencia primitiva del Neolítico, donde se buscó la seguridad de los árboles para construir las viviendas (Bahamón y Álvarez, 2009).2 “Construir en alturas” es una práctica ancestral cuyas raíces se anclan en la Edad de Bronce; se han reportado restos arqueológicos en las orillas de lagos como los de Lombardía (Italia), Auvernier (Suiza) o Charavines (Francia).3 Sin embargo, el estudio de los mismos es relativamente reciente ya que hasta mediados del siglo XX la arquitectura vernácula no figuraba en la gran historia de la arquitectura. La denominación de “palafito” es por lo tanto reciente y proviene del término italiano palafitta que, a su vez deriva de la expresión latina pala ficta (palos hincados).4
La definición de arquitectura palafítica puede ser muy amplía. Puede calificar tanto un conjunto de espacios autónomos como a un sistema constructivo de amplitud urbana: hoy en día es posible encontrar importantes centros urbanos como por ejemplo: Venecia, Ámsterdam, Brujas, Ciudad de México o Bangkok, entre otras, las cuales han desarrollado viviendas sobre pilotes para poder adaptar su infraestructura a los terrenos pantanosos sobre las que se emplazan.5 Sin embargo, el carácter “palafítico” de esas ciudades se escondió detrás de un lenguaje “formal” y responden a la definición de “palafito” exclusivamente por el hecho de que utilizaron palos de madera como base estructural. Los palafitos desarrollan todo tipo de organizaciones y volumetrías, de forma que podemos encontrar asentamientos que poseen configuraciones urbanas dispersas, concentradas, aisladas, lineales, en pendientes, unidos con pasarelas, plataformas o accediendo directamente desde el suelo, combinando una o más soluciones determinadas por el carácter único del emplazamiento en que se encuentran y que dan particularidad a este tipo de viviendas vernáculas.6 A pesar de tener lenguajes estéticos propios en cada región, todavía hoy encontramos soluciones parecidas en diferentes latitudes.7
Si las razones por las cuales aparecieron los palafitos (evitar depredadores y alejarse de enemigos) pueden parecer anacrónicas, la persistencia de estas manifestaciones arquitectónicas es mayormente cultural. La arquitectura palafítica tradicional es una herencia de saberes –tanto constructivos como conceptuales- y, por lo tanto, más que ser un patrimonio construido, vincula valores inmateriales. Se afirman verdaderas “culturas palafíticas” que proponen soluciones de sostenibilidad y eficiencia energética, basadas en parámetros de confort propios obtenidos a través de una memoria colectiva, generalmente de transmisión oral y a través de un proceso de experimentación y de adaptación de técnicas constructivas foráneas y propias, gestión del medio ambiente agua/tierra a sus requerimientos, logrando una simbiosis entre constructor y entorno.8 Los palafitos constituyen una propuesta arquitectónica realmente vivida como una extensión de su medio ambiente, en correlación material y perpetuando una cultura local y por lo tanto propia.
2. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
3. > 8. — ibid.
Palafitos en Rapallo (Italia),
autores no definidos
los palafitos en el mundo y en América Latina.
A lo largo del planeta se han desarrollado sistemas estructurales de palafitos “tradicionales”, en Europa, Asía y África. En Europa, se han reportado más de 111 asentamientos extendidos desde Francia a Eslovenia, en lagos cercanos a los Alpes, en un periodo que va desde el del 5.000 al 1.800 a.C.9 y la manifestación tradicional de los palafitos se conserva más por su valor patrimonial que por su capacidad en proponer espacios aptos a la sociedad actual. Al contrario, en Asia se siguen manifestando ciudades enteras cuya vida se desarrolla en su mayor parte sobre el agua;10 es el continente donde hay más referencias históricas e información gráfica de viviendas palafíticas y flotantes. Así, a lo largo del delta del río Mekong, es posible encontrar poblados lagunares, tanto palafíticos como flotantes, en las inmediaciones de los terrenos inundables que permiten el desarrollo socioeconómico del cultivo de arroz, la acuicultura y pesca que son las principales fuentes de subsistencia de esta zona.11 En África, se reportan también palafitos en el poblado beninés de Ganvie, habitado desde el siglo XVIII, en las orillas del lago Nokué. Sus habitantes, los Tofuni, construyen casas de bambú […] sobre altos pilotes de madera, que se clavan en el fondo del lago, techos de paja y ventanas sin cristales.12
9. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
10., 11., 12. — ibid.
Palafitos de Castro, en Chiloé,
alrededor de 1920.
© Gobierno de Chile
En América Latina, numerosos países cuentan con palafitos; se ha constatado una arquitectura palafítica notoria vigente y con una importante proyección de desarrollo socioeconómico a fin de potenciar la difusión de sus culturas indígenas.13 En Chile, en el Archipiélago de Chiloé, se pueden observar que la cultura chilota estableció palafitos sobre las riberas de los ríos Gamboa y el canal Lemuy, con largos pilotes de madera de arrayán […] y cuyos techos originales eran de tejuela de alerce […] (Barrientos, 2002).14 En Honduras, gran parte de los habitantes de la isla de Guanaja viven sobre palafitos de madera conectados a través de pasarelas que, a su vez, actúan como embarcaderos pesqueros, principal actividad económica de la población.15 En Venezuela, los asentamientos de los indígenas Warao están constituidos sobre pilotes de tronco de palma llamada moriche […] e hincados a través del barro en tierra firme que sirve de base para las viviendas abiertas por todos los lados y cubiertas de un techo construido con las hojas de palma temiche o yawiki.16 En Ecuador, la provincia de Manabí constituye una referencia mayor de la arquitectura palafítica en América Latina ya que se descubrió un sitio arqueológico que contiene entre sus 55.000 hectáreas, restos de la cultura Manteña y otras pre-colombinas del 3.500 a.C. al 1.500 d.C., [lo cual] además de contar con importantes infraestructuras arquitectónicas […] se encuentran los palafitos.17 En Colombia, en la Ciénaga Grande de Santa Marta se han desarrollado poblados palafíticos en el medio de la laguna. México no es exento de estructuras palafíticas; en la zona huasteca de El Ébano (San Luis Potosí) se ha encontrado una plataforma semicircular con habitaciones de paredes de tallos de otate […] y varas revestidas de arcilla revuelta con zacate, […] vegetal empleado como pasto para el ganado. Este procedimiento constructivo es muy frecuente en América del Sur (Noroeste de Argentina, Chile, Perú́ y Uruguay), donde se conoce como “quincha”. La paja de las paredes de las construcciones huastecas, proviene muchas veces de los arrozales.18
13. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
14. > 18. — ibid.
Palafitos de Ciénaga Grande de Santa Marta,
en este poblado palafítico de Colombia, los palafitos se desarrollaron en el medio de la laguna.
© AGRA-PUJ
porvenir de la arquitectura palafítica.
Al representar a la par un patrimonio material e inmaterial, la arquitectura palafítica tradicional representa una herencia cultural sumamente importante. Como suele ser el caso de la arquitectura vernácula en general, los palafitos son manifestaciones efímeras, ya que la construcción de esta tipología de viviendas utiliza materiales autóctonos y de fácil extracción, como lo son el barro, madera, caña, paja, palma, bambú́, etc. los cuales al ser biodegradables desaparecen fácilmente.19 Por lo tanto, más allá de ser vulnerable por la dificultad en proteger la transmisión de saberes ancestrales para su realización, la arquitectura palafítica suele desaparecer al usar materiales poco perennes, fuera del marco de una política de preservación. Con una buena estrategia de conservación y restauración, los palafitos podrían mantenerse a pesar de usar materiales frágiles. Sin embargo, por ser considerada “precaria”, la arquitectura palafítica tradicional queda ausente de las consideraciones políticas locales. Además, se ha producido una desvalorización de los mismos por distintos factores socioeconómicos, generando que las poblaciones locales dejen de construir esta tipología arquitectónica, causando la pérdida de las técnicas constructivas a corto y medio plazo. Los palafitos están siendo reemplazados por construcciones modernas, y los que quedan han perdido sus rasgos originales. Hay que mencionar que problemas de salubridad relacionados con la falta de servicios higiénicos y saneamiento ambiental han propiciado su desaparición. Un factor social a tener en cuenta es que son considerados sinónimo de pobreza y malvivir.20 Para que la arquitectura palafítica tradicional pueda subsistir, se tiene que operar primero una labor de valorización y reconocimiento que podría contribuir a su preservación y conservación. Como lo mencionamos en el artículo “Patrimonio Cultural, Material e Inmaterial”, se tiene que generar un ciclo virtuoso de la apropiación cultural: al conocerlo, podemos valorarlo [y] al valorarlo, se genera el deseo de protegerlo [...] al protegerlo, se genera el deseo de disfrutarlo, no de abusar de él, sino de un disfrute consciente [...] al disfrutarlo, se genera el deseo de reconocerlo.21
19. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
20. — ibid.
21. — Sola Ayape, C. (2021, 29 de abril) Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación. Seminario.
Boceto de vivienda ancestral de Cienaga Grande de Santa Marta,
© AGRA-PUJ
La falta de reconocimiento de los palafitos como patrimonio hace que el patrimonio vernáculo se encuentre en riesgo de desaparición y son todavía pocos los países que se han dotado de instrumentos adecuados de salvaguardia para su tutela.22 A nivel internacional cabe mencionar que, en el seno de la Convención de Ramsar sobre Humedales de Importancia Internacional (Irán, 1971), se aprobaron en el año 2002 y 2005 respectivamente, las Resoluciones VIII.19, relativa a los “Principios orientadores para tomar en cuenta los valores culturales de los humedales para el manejo efectivo de los sitios” y la IX.21 bajo el título “Tomar en cuenta los valores culturales de los humedales”, con la finalidad ambas de incorporar los aspectos culturales en la gestión de los humedales, entre los que se encuentran el patrimonio construido siendo los palafitos las viviendas más típicas de estos ecosistemas.23 En Europa, el conjunto de 111 asentamientos palafíticos previamente mencionados fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO en 2011, compartiendo la inscripción: Alemania, Austria, Eslovenia, Francia, Italia y Suiza (Summermatter, 2014). Debido a la importancia de estos sitios arqueológicos, existen varios museos para su puesta en valor, entre los que se encuentra el Museo de Palafitos de Unteruhldingen, en el lago Constanza (Alemania) y el Museo de Laténium (Neutchatel, Suiza), en donde se han llevado a cabo reconstrucciones a escala real de los palafitos con los mismos materiales y sistemas constructivos de la prehistoria.24 Sin embargo, en este caso, estos palafitos ancestrales fueron conservados como “reliquias” no habitadas; su valor patrimonial prevaleció sobre su función original. En el caso de muchos conjuntos de arquitectura vernácula todavía habitada, existen derivas al generar dinámicas turísticas que, a pesar de cumplir en ciertos casos con la labor de conservación, modifican la lógica de sus estructuras socioeconómicas. Como lo menciona María Daniela Villota Dáger, en la isla de Guanaja (Honduras), esta tipología arquitectónica es un ejemplo de puesta en valor para el turismo, ya que es promocionada como parte de los circuitos turísticos existentes y donde se han transformado algunos palafitos en hoteles, llegando el turismo masivo incluso a ser una amenaza real sobre los frágiles ecosistemas existentes (Oliver, 1979).25
22. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
23., 24., 25. — ibid.
Palafitos de Unteruhldingen,
Estos palafitos se convertieron en un museo dedicado a la historia de los palafitos de los Alpes.
© vagamundos.com
Los palafitos son mayormente residenciales, y su explotación turística es en muchos casos vector de cambios socioeconómicos afectando tanto a sus habitantes como al entorno. ¿Cómo preservar el modo de vida palafítico sin afectar su contexto cultural y natural? El principal eje de acción para preservar a los palafitos reside en la transmisión de los saberes necesarios para su construcción y preservación. Existe una confrontación entre los materiales tradicionales y los no tradicionales, produciéndose finalmente un vacío en los métodos y materiales constructivos.26 Como el resto de las manifestaciones vernáculas, los palafitos tradicionales se erigen en muchas ocasiones fuera de las instituciones, ya que al ser construcciones frágiles y perecederas debido a los materiales que se utilizan27 no suelen entrar en las nuevas dinámicas de las ciudades. A nivel doméstico, los palafitos tradicionales, más por su partido arquitectónico que por su materialidad, tienen dificultad en responder a la evolución de los modos de vida al competir con el desarrollo de arquitecturas “modernas” y más formalmente establecidas. Por lo tanto, para poder permanecer, uno de los ejes para la preservación de la tradición palafítica sería adaptar los sistemas constructivos a diseños más ligados a las expectativas actuales en término de arquitectura doméstica.
26. — Morant, M., Villota, M. D. y Viñals, M. J. (2015) Análisis y Evaluación de los palafitos como oportunidad para la creación de un producto turístico. Revista de Análisis Turístico.
27. — ibid.
conclusión.
Los palafitos tradicionales representan un sistema de vivienda respetuoso de la biodiversidad; aprovechando recursos locales, elevándose, con apoyos puntuales, dejando una distancia con su entorno. La huella ecológica de estas manifestaciones arquitectónicas es mínima, también porque se ancla dentro de un sistema socioeconómico a escala reducida. Como lo vimos en el artículo “Sierra Chinanteca”, la arquitectura vernácula es a menudo asociada a la falta de recursos y, a medida que un pueblo va creciendo, su arquitectura se aleja de un lenguaje regional y adquiere los códigos de una arquitectura global. Por lo tanto, ¿cuál sería la mejor estrategia –tanto arquitectónica, urbanística como política– para ofrecer a los conjuntos de palafitos tradicionales lo que hoy les suele faltar: salubridad, seguridad y buenas condiciones socioeconómicas manteniendo en pie su lenguaje arquitectónico?
En muchos casos de arquitectura vernácula y palafítica, el turismo está percibido como una forma de valorización directa y ha permitido asegurar la preservación de tradiciones, mientras que ofrece mejores condiciones socioeconómicas para sus habitantes. Sin embargo, es indispensable que las instituciones locales puedan gestionar este fenómeno a la par del desarrollo del poblado. La arquitectura palafítica es mayormente residencial, por lo tanto, si su reconocimiento lo vuelve parte de una dinámica de turismo debe a la par favorecer nuevas políticas de conservación y restauración para mantener modos de vida tradicionales. Al contrario, la arquitectura vernácula y palafítica podría volverse un medio para repensar nuestros modos de turismo, logrando convivir con una biodiversidad frágil, dentro de una arquitectura que la respeta.