BACARDÍ Y LA MODERNIDAD

RACIONALISMO EN AMÉRICA LATINA

autor

Romain Roy-Pinot

 
 
 

La arquitectura industrial y corporativa tiene la necesidad de tomar decisiones espaciales muy específicas en cuando a las función, normas y representatividad concreta de una marca. Esta es una de las razones por las que, pocos arquitectos de renombre se atrevieron a trabajar en este tipo de proyectos. Vimos por ejemplo el trabajo de Lina Bo Bardi en convertir la Fábrica de Pompéia en el SESC Pompéia, emblema socio-cultural de São Paulo, pero podemos pensar también en la adecuación del estilo de Frank Lloyd Wright al diseñar el edificio administrativo y la torre de investigación de la empresa Johnson, ubicada en Racine (Wisconsin, Estados Unidos Americanos) o más recientemente el conjunto de edificios realizado por Herzog & De Meuron para la empresa Ricola (Suiza). En estos casos, el diseño se adecúa en dimensiones, proporciones, materiales, recorrido, juego de luz… la forma responde a la función y se revela fácilmente una “tipología” industrial. Sin embargo, existen algunas excepciones en las que el partido arquitectónico parece prevalecer sobre esta la especificidad industrial y corporativa.

 
 

Oficinas administrativas de Bacardí en México,
foto de archivo del exterior de las oficinas de Bacardí en Cuautitlán,
autoría desconocida

 
 

En Cuautitlán, en el Estado de México, el conjunto arquitectónico de Bacardí se muestra como una manifestación clara de los preceptos racionalistas aplicados a los espacios empresariales. La dimensión “industrial” de la propuesta parece escondida detrás de un lenguaje universal. Este complejo construido en los años sesenta reúne a dos arquitectos emblemáticos de la época: Ludwig Mies van der Rohe quien diseño las oficinas administrativas de la marca y a Félix Candela quien dibujó la planta embotelladora y de envejecimiento, casi simultáneamente. Ambas intervenciones entran en coherencia con las líneas arquitectónicas respectivas de los dos arquitectos cuyos estilos son fácilmente inidentificables, del “Less is more” a la obsesión matemática. A diferencia de las obras de Candela, las oficinas de Bacardí son el único edificio —construido— de Mies van der Rohe en América Latina, aunque el arquitecto alemán trabajó en otros dos proyectos: en Cuba (Oficinas de Bacardí de Santiago de Cuba) y en Brasil (Consulado de los Estados Unidos Americanos en Sāo Paulo).

En este artículo se estudiará la historia de la arquitectura desarrollada para la empresa Bacardí en América Latina, la especificidad del contexto de intervención y su inscripción en una conceptualización universal de la herencia del movimiento moderno.

a leer: SESC POMPÉIA

 
 

Planta embotelladora y de envejecimiento,
foto del conjunto de edificios diseñado por Félix Candela,
© WikiArquitectura

 
 

 

Bacardí y la arquitectura.

 

En 1930, se erigió el “Edificio Bacardí” en el corazón de La Habana; encargado por la empresa a los arquitectos Rafael Fernández Ruenes, Esteban Rodríguez Castell y José Menéndez. Este edificio, emblema de una interpretación cubana del estilo Art Déco, era el más alto de la ciudad y su inscripción como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1982, comprobó el interés de la compañía fabricante de ron en la arquitectura.

 
 
 

Edificio Bacardí,
foto del Edificio Bacardí construido en La Habana en 1930.
© Sandra Cohen-Rose

 

A mediados del siglos XX, Bacardí construyó en la Galarza, cerca de Puebla, una planta de fermentación y destilación donde unos cascarones diseñados por Félix Candela dialogan con una antigua hacienda del siglo XVII.1 A finales de los cincuenta, en el marco de la celebración del centenario de la fundación de Bacardí, su presidente de la época, José María Bosch, solicita los servicios de Ludwig Mies van der Rohe, después de ver las fotografías del Crown Hall en el Instituto de Tecnología de Illinois en la revista LIFE.2 El arquitecto alemán fue encargado de diseñar las oficinas de la Compañía Bacardí para la ciudad de Santiago de Cuba. Bosch imagina la “oficina ideal [como] aquella en la que no hay tabiques, donde todos, tanto jefes como empleados, se ven unos a otros.”3 En abril de 1957, Mies van der Rohe llega a Cuba con su colega Gene Summers, considerado como su brazo derecho (juntos trabajaron en el proyecto del Seagram, en este mismo periodo); propusieron una extensión de 160 metros de largo por 81.5 metros de ancho, con un área total de 13 084 m2 aproximadamente.4 La propuesta se compone de dos niveles: unos espacios forman una suerte de zoclo arriba de los cuales una caja de vidrio recibe un techo que sobresale 3 metros a cada lado, soportado por una serie de 6 columnas. Finalmente en enero de 1959, Mies viajó a La Habana para presentar el diseño final. […] Sin embargo, ese mismo mes triunfaría la Revolución cubana y con ello, la compañía Bacardí se vio obligada a cerrar operaciones y a abandonar el proyecto arquitectónico.5

1. — Adrià, M. (2013, 20 de febrero) Murciélago de arquitectura. Arquine.

2. — Fibela, S. (2022, 9 de agosto)Las Oficinas Bacardí, el único edificio de Mies van der Rohe en Latinoamérica, Local.

3. — Schulze, F. (1986) Una biografía crítica; en colaboración con el Archivo Mies van der Rohe del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Hermann Blume.

4. — Lanuza Jarquín, C. J. (2010) El edificio Bacardí en Santiago de Cuba, ETSAB - UPC.

5. — Fibela, S. (2022, 9 de agosto)Las Oficinas Bacardí, el único edificio de Mies van der Rohe en Latinoamérica, Local.

 
 

Oficinas administrativas de Bacardí en Santiago de Cuba,
collage de Mies van der Rohe para la sede de Ron Bacardi y Compania, S.A., en Cuba, c. 1957
© MoMa | ARS, New York | VG Bild-Kunst, Bonn

 

El proyecto de oficinas en Santiago de Cuba quedó en el olvido pero José María Bosch decide enfocarse en el otro proyecto que ya estaba en curso: la planta de Bacardí en México. Como fue mencionado previamente, Mies van der Rohe y Candela fueron solicitados para construir la planta que cuenta con un espacio de oficinas y una planta embotelladora y de envejecimiento. Las oficinas se integran a un volumen de dos pisos resultó ser rectangular en planta (52x27m), con una altura de 8 metros, con un vacío en el centro donde se genera una doble altura,6 construido en 1961 y su composición rígida, pilares de acero, paneles de vidrio y piso de mármol travertino fueron algunos detalles entre tantos, del característico trabajo del arquitecto alemán.7

A un costado, la embotelladora Bacardí fue realizada en dos etapas constructivas, la primera de 1958 a 1960, se construyeron tres cascarones alineados, formando una crujía de 2700 m2, en la ampliación de 1971 [coordinada por los hermanos de F. Candela], se optó por duplicar simétricamente la primera solución.8 El proyecto de Candela propone cubiertas abovedadas, paraguas, planos doblados y paraboloides hiperbólicos, inspirados en la terminal aérea en St. Louis Missouri de Minoru Yamasaki.9 Los dos proyectos siguen dos estilos distintos pero en un mismo juego de simetría, inscritos en una retícula común. El complejo interviene en un amplio terreno a la afueras de la ciudad, a un lado de la carretera que liga la Ciudad de México a la ciudad de Querétaro, lo cual permite a esos proyectos establecerse en un predio descontextualizado; un ejercicio recurrente para los racionalistas.

El diálogo propuesto por los dos arquitectos propone dos rostros de su concepción de la modernidad y se inscribieron como dos obras ineludibles en sus respectivas carreras. Para Candela, la planta embotelladora es la ocasión de enseñar sus capacidades en generar una arquitectura cargada de poesía, logrando que la parte superior de los cascarones de la embotelladora [tenga] sólo 4 centímetros de espesor.10 Para Mies van der Rohe, las oficinas Bacardí son la ocasión de comprobar la pertinencia de su postulado en tierras latinoamericanas, en una época en la cual los arquitectos mexicanos trataban de adecuar los conceptos del movimiento moderno al contexto de México. Por ser su única obra construida en América Latina y por proponer una conversación particular con la obra de Candela, la planta de Bacardí fue añadida a la lista tentativa de la UNESCO en 2001.

6. — Duque, K. (2011, 8 de marzo) Clásicos de Arquitectura: Oficinas Bacardi en México / Mies van der Rohe, ArchDaily Chile.

7. — Flores, V. (2018, 2 de mayo), Planta Bacardi, datos importantes de un legado arquitectónico, Coolhunter.

8. — Chacón Rodríguez, L. M. (2015) Arquitectura Moderna en México: La Teneria Témola de Max Cetto y Félix Candela, UNAM.

9. — Adrià, M. (2013, 20 de febrero) Murciélago de arquitectura. Arquine.

10. — Flores, V. (2018, 2 de mayo), Planta Bacardi, datos importantes de un legado arquitectónico, Coolhunter.

 
 

Las oficinas mexicanas de Bacardí,
foto de la fase inicial de la construcción del proyecto de Mies van der Rohe.
autoría desconocida

 
 

 

adecuación arquitectónica.

 

Podríamos pensar que los tres proyectos desarrollados para Bacardí —las oficinas de Santiago de Cuba, las oficinas y la planta embotelladora y de envejecimiento de Cuautitlán— fueron otros de los numerosos campos de investigación que tanto Mies van der Rohe como Félix Candela exploraron para conseguir un “ideal moderno.” Es decir, proyectos alejados de especificaciones regionales e impermeables a posibles alteraciones de su lenguaje estético. Cabe admitir que muchos conceptos heredados de la modernidad como la planta libre constituyen en sí un sistema flexible y apto para un amplio espectro de programas, pero de la obra tanto de Mies van der Rohe como de Candela es difícil ubicar tipologías claras que distinguiría una arquitectura industrial o empresarial de otro tipo de programa. Sin embargo, veremos que ciertos aspectos de esos edificios pensados para Bacardí justifican el uso de tales partidos arquitectónicos.

 
 
 

boceto de Félix Candela,
el boceto de intención es fiel al resultado final de la planta embotelladora que proponer una sucesión de bóveda.
© Félix Candela

 

En el caso del trabajo de Félix Candela, las bóvedas fueron empleadas, como en la mayor parte de sus obras. A pesar de no tener una formación en ingeniería, el arquitecto piensa ante todo en sus proyectos en términos estructurales y también económicos. Félix Candela adecuó, en México, la forma resistente y las características del material de sus estructuras laminares, a la disponibilidad de medios materiales y humanos de la específica zona donde iban a ser construidas.11 La cuestión de especificación regional en el trabajo de Candela es mayormente técnica y se trata de adecuar los medios a su expresión plástica, y no al revés. En el caso de la planta de Bacardí —y como lo hubiera sido en cualquier edificio industrial— la entrada de luz y de aire tiene que ser controlado; y, en Cuautitlán, todos los interiores de la planta cuentan con ventilación y luz natural sin que los procesos de producción resulten afectados a cualquier hora del día por el sol.12 Por lo tanto, cabe admitir que el empleo de parábolas y su dimensionamiento responden a las exigencias técnicas del sistema de producción de la empresa.

11. — Chacón Rodríguez, L. M. (2015) Arquitectura Moderna en México: La Teneria Témola de Max Cetto y Félix Candela, UNAM.

12. — Flores, V. (2018, 2 de mayo), Planta Bacardi, datos importantes de un legado arquitectónico, Coolhunter.

 
 

Oficinas de Bacardí en Santiago de Cuba,
foto de una maqueta de la propuesta de Mies van der Rohe.
© Ruta Cultural

 

En el caso de la propuesta de oficinas para Santiago de Cuba, Mies van der Rohe realizó también un trabajo de adecuación para las condiciones del contexto. Para responder a la expectativas de José María Bosch quien había sido seducido por el Crown Hall, el arquitecto alemán considera la posibilidad de utilizar las mismas características formales para la sede de las oficinas Bacardí y Compañía.13 Sin embargo, se enfrentó a varios factores que tuvieron que alterar sus ideales; las condiciones físico-naturales de la isla lo hacen desistir de la idea y se plantea dos nuevos cambios de paradigma: […] el cambio de material: dada la salinidad presente en el ambiente, el acero sería un material que se corroería con mucha facilidad, cambiar el material sería un requisito indispensable [y] la utilización del alero, característico de la arquitectura colonial de Cuba y presente en las galerías del hotel en el que se alojaban,14 el Hotel Nacional de Cuba. Por lo tanto, se ha notado una cierta influencia regional en el desarrollo conceptual del proyecto de Mies van der Rohe, para responder a las exigencias climáticas. En lógica con esta metáfora moderna de los aleros, el arquitecto investigó en diferentes diseños para las columnas —que acabaran siendo de concreto— también inspirados, en algunos bocetos, por el diseño tradicional local: muchas de estas soluciones parecen referencias a las arcadas usadas en la arquitectura colonial, en relación a la unión entre la columna y la cubierta. Ya desde los primeros bocetos se observa una sección cruciforme del fuste que se mantendrá hasta el final de proyecto.15 Más allá de la búsqueda de una interpretación local de los códigos estructurales y estéticos del modernismo, las variaciones que se permite Mies van der Rohe a través de estas investigaciones de columnas se reducen simplemente en un inspiración.

13. — Lanuza Jarquín, C. J. (2010) El edificio Bacardí en Santiago de Cuba, ETSAB - UPC.
14. — ibid.
15. — ibid.

 
 

columnas de las oficinas de Santiago de Cuba,
versión final del diseño de las columnas, c. 1957-58
© MoMa | ARS, New York | VG Bild-Kunst, Bonn

 
 

 

dimensión universal del racionalismo.

 

Si algunos factores específicos a las condiciones locales intervinieron en el proceso de diseño, cabe admitir que tanto Mies van der Rohe como Candela mantuvieron sus preceptos estructurales e intrínsecamente estéticos, sin realmente prestarse al juego de desviarlos para adaptarse a las condiciones tipológicas y contextuales. El lema “Form follows function” atribuido al arquitecto Louis Sullivan parece alejarse de los dogmas modernos; y, en general, pareciera que la función tendría que caber en una forma predeterminada y concebida como un objeto a la expresión propia, pensada al margen del programa funcional que albergará y por tanto descontextualizada. Myron Goldsmith, antiguo alumno de Mies, realiza un ensayo en el que expone claramente estos principios llamando “arquitectura estructural” al “mundo complejo del arte de la construcción en el cual la arquitectura, la ingeniería, y la estética interactúan para hacer de la estructura el elemento expresivo del proyecto.”16 Por lo tanto, conceptos como la planta libre, por su invitación a la flexibilidad y su apropiabilidad, se vuelve el pretexto perfecto para establecer estructuras que transmitieran por si-mismas un ideal estético.

En el caso de Candela, el uso recurrente de sistema de bóvedas, parábolas o estructuras paragüeras erradica la noción de “tipología arquitectónica”; esos elementos son invocados tanto para erigir un mercado, un restaurante o una estación de metro como un edificio universitario, deportivo o industrial, como es el caso de la planta de Bacardí. Cabe mencionar que el arquitecto era también al frente de su empresa familiar “Cubiertas ALA”, en la cual actuaba como arquitecto, ingeniero, consultor, calculista y constructor.17 La sistematización del empleo de este tipo de formas no convencionales hace pensar que para Candela, el reto arquitectónico es ante todo matemático y prevalece sobre la búsqueda de una propuesta funcionalista y propia a cada contexto. Por otro lado, la invocación de bóvedas y otros elementos de geometría compleja es difícil de disociar de la arquitectura eclesiástica y por lo tanto, en el trabajo de Candela, se opera una suerte de deconstrucción de los códigos tipológicos más clásicos.

 

16. — Goldsmith, M. (1987) Buildings and concepts. Rizzoli.

17. — del Cueto Ruiz Funes, J. I. (1997) Félix Candela, el mago de los cascarones de concreto. Arquine.

 

Planta embotelladora y de envejecimiento,
foto del interior del edificio diseñado por Félix Candela,
© WikiArquitectura

 

La “signatura” de Mies van der Rohe es también claramente identificable y, por lo tanto, torres de oficinas, vivienda colectiva, museo, pabellón siguen también un mismo lenguaje estético. ¿Cualquier diseño podría convenir a la función que sea? El caso de la oficinas de Bacardí para Santiago de Cuba es un buen ejemplo. El proyecto presentado en 1959 no quedó realmente abandonado sino que encontró un nuevo destino, respondiendo a otra función, bajo otras latitudes. Mies retoma el diseño del edificio Bacardí en Cuba y lo reelabora en el proyecto para el museo Georg Schaefer y para la Nueva Galería Nacional en Berlín. Las proporciones varían mínimamente entre estos tres proyectos, donde aumentan su tamaño proporcionalmente, llegando a lograr una longitud máxima de 64 x 64 metros aproximadamente en la Nueva Galería Nacional en Berlín.18 Lo que fue pensado como la sede de una marca de ron, para un terreno ubicado en Santiago de Cuba —con condiciones socio-culturales, geo-climáticas y urbanas particulares— acabó como un museo en Berlín. Los aleros, justificados por el clima de la isla y las columnas —resultado de una investigación basada en columnas de inspiración colonial— ya no tienen otra justificación que estética para el contexto de la capital alemana. Por otro lado, algunos críticos han considerado que el proyecto de las oficinas Bacardí de México podría considerarse como una variación de la Casa Edith Farnsworth de 1945.19 De ciertas formas, esos casos comprueban esta concepción de la planta libre como una resolución arquitectónica universal capaz de recibir cualquier función.

Las propuestas de Mies van der Rohe para Bacardí resultan siendo edificios que encierran un único espacio exento de pilares, totalmente adaptable, que ofrezcan la máxima flexibilidad para disponer los elementos funcionales: el espacio universal.20 Como es el caso también de Candela —y de otros arquitectos de influencia moderna— se suele reivindicar una arquitectura “espectacular”, cuya audacia estructural y pureza justifican por sí-mismas su pertinencia arquitectónica. Esta búsqueda constante de cánones arquitectónicos es sin duda la herencia directa de una arquitectura “pabellón”, sin otra intención que de transmitir los logros técnicos e ideología, como fue el caso de muchas manifestaciones socio-culturales como las exposiciones universales iniciadas a finales del siglo XIX. Sin duda, Bacardí entra también en esta forma de demostración de poder; a lo largo de sus 150 años, la empresa ronera confió en el diseño moderno para proyectar una imagen de progreso.21 José María Bosch, tercer presidente de la empresa del murciélago, era de hecho un mecenas de la arquitectura moderna; en 1954 encargó una casa a Henry Klumb, discípulo de Frank Lloyd Wright, y dos años después Philip Johnson le diseñó una casa en la playa de Varadero, que no se llegó a construir.22

18. — Lanuza Jarquín, C. J. (2010) El edificio Bacardí en Santiago de Cuba, ETSAB - UPC.

19. — Fibela, S. (2022, 9 de agosto)Las Oficinas Bacardí, el único edificio de Mies van der Rohe en Latinoamérica, Local.

20. — Lanuza Jarquín, C. J. (2010) El edificio Bacardí en Santiago de Cuba, ETSAB - UPC.

21. — Adrià, M. (2013, 20 de febrero) Murciélago de arquitectura. Arquine.
22. — ibid.

 
 

Neue Nationalgalerie,
se nota la gran similitud de diseño entre el proyecto para Bacardí y el famoso museo berlinés.
© Simon Menges

 
 

 

conclusión.

 

Si de cierta manera el trabajo de Mies van der Rohe y Candela no transcribe a primera vista el carácter corporativo e industrial de la planta de Bacardí de Cuautitlán, se volvió uno de los testigos de una concepción particular de los preceptos racionalistas para el área empresarial, a mediados del siglo XX. Por su capacidad en responder en una misma lógica micro-urbana, se consideró por parte del mundo de la arquitectura que los arquitectos orquestaron uno de los mejores conjuntos de la arquitectura moderna absoluta.23 La planta de Cuautitlán es uno de los pocos proyectos que confrontan tan directamente a dos firmas de renombre; fue abierto en pocas ocasiones al público, en el marco de manifestaciones como “Open House” cuya ultima edición se llevó a cabo en 2020. Por esta especificidad y por la afirmación de su valor patrimonial por parte de la UNESCO, sería interesante poder imaginar una manera de volver este icono más accesible.

 

23. — Adrià, M. (2013, 20 de febrero) Murciélago de arquitectura. Arquine.

 

Maqueta del proyecto de Enrique Gutiérrez para las oficinas Bacardí en Miami,
© Enrique Gutiérrez

 

El conjunto de Bacardí en México es uno de los proyectos que confirmó la explotación de la arquitectura como una forma de mercadotecnia, transmitiendo intrínsecamente la preponderancia de una empresa. Después de la sede mexicana, se desarrolló un conjunto de edificios en Miami, cuya torre de oficinas fue desarrollada por el arquitecto cubano Enrique Gutiérrez en 1963, un musculoso edificio enmarcado por los murales de azulejos laterales que diseñó Francisco Brennend [así que] el anexo en forma de seta que proyectó Ignacio Carrera-Justiz en 1973, así como los vitrales de colores diseñados por el artista Johannes Maria Dietz.24 Estas intervenciones marcan de cierta forma una vuelta hacia una herencia cultural cubana, alejándose de un lenguaje exclusivamente moderno y por lo tanto universal.

Este giro empresarial de la modernidad es probablemente uno de los primeros pasos hacia una arquitectura “high-tech”, cuya expresión estética pasa por la proeza técnica —y hasta tecnológica— de una nueva generación de arquitectos fascinados por la ingeniera. Es también de las primeras manifestaciones de una arquitectura al servicio de una globalización, mayormente vinculada por grandes grupos corporativos. Por lo tanto, la ciudad se vuelve también el terreno de expresión de esas manifestaciones de poder, dando un lenguaje universal a los paisajes urbanos de la mayor de las grandes ciudades.

24. — Adrià, M. (2013, 20 de febrero) Murciélago de arquitectura. Arquine.

 
 
 

 

equipo editorial.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Rocío García Camarero
arq. de restauración y rehabilitación de patrimonio

Aimée Mancilla Porraz
arq. de conservación del patrimonio

 

 

créditos foto de portada.

Planta embotelladora y de envejecimiento,
© WikiArquitectura

 
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