de refugio a vivienda formal

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parte 3 de 4

TORRE DE DAVID
el asentamiento vertical más grande del mundo

 

Los habitantes se beneficiaron de una gran libertad; se nota una gran diversidad de apropiaciones. Sin duda, hay que tener en cuenta que disponer de un techo y un suelo permite a los ocupantes ahorrar tiempo y dinero, en comparación con el esfuerzo que supone construir una cabaña o una vivienda improvisada en un asentamiento clásico, desde cero. Por lo tanto, es lógico constatar que cada ocupante se involucró significativamente en apropiarse del lugar. Como observó Yona Friedman, algunos habitantes de los asentamientos intentan copiar los detalles de los edificios o los interiores de los que consideran ricos (como antes intentamos copiar los edificios reales o los interiores aristocráticos) y la barriada se convierte en una parodia, una caricatura de la arquitectura burguesa.1 Algunos habitantes están restableciendo una cierta justicia social al erigir una apariencia de riqueza en sus hogares. Un reportaje sobre la torre muestra viviendas que parecen auténticas habitaciones de hotel; una de ellas tiene incluso un jacuzzi. A diferencia de otros tipos de asentamientos, las condiciones de confort son más favorables, por lo que las viviendas pueden calificarse más fácilmente de "departamentos" que de “refugios”.

1. — Friedman, Y. (2003), L’architecture de survie, une philosophie de la pauvreté, Pont-Audemer: Ed.L’éclat.

 

apropiación de la Torre de David,
diagrama realizado por el equipo de Urban-Think Tank.
© U-TT

 

Las viviendas se encontraron "limitadas" por la estructura, generando una ortogonalidad perpetuada hasta en los ángulos agudos presentes en dos esquinas de la torre. La preocupación por la "equidad" en la adquisición de espacios probablemente determinó este acuerdo. Los materiales también establecieron esta estandarización de las viviendas. Los habitantes han utilizado en su mayoría materiales modulares como ladrillos y bloques de cemento, con los que han construido muros que terminan en ángulos rectos. Los habitantes visten los ladrillos que separaban su vivienda de las demás y llegan a apropiarse de su departamento de forma personal, afirmando así su intimidad. Se trata de ambientes "barrocos", a veces excesivamente coloreados, de aglutinación de objetos, -en definitiva- de ornamentación, que vuelve a estar al margen de las normas contemporáneas de la arquitectura que tienden a la pureza. Los habitantes parecen aún más auténticos y "desinhibidos" que en otras formas de asentamientos.

 
 

un departamento dentro de la Torre de David,
foto extraída de la serie Torre David realizada entre 2011 y 2012 por el fotografo Daniel Schwartz (Urban-Think Tank).
© Daniel Schwartz

 

El aspecto “formal” del asentamiento se traduce también a la escala de la torre. Los asentamientos habituales, en la mayoría de los casos, al estar repartidos de manera "informal", tienen varias entradas. Sin embargo, la torre solo tiene dos entradas y cada hogar tiene la llave de la puerta de entrada, que además está vigilada por ocupantes que se turnan día y noche. Además, si en otros asentamientos el espacio de transición se comparte a la escala de toda la comunidad, en el caso de la torre, los espacios comunes se comparten a la escala de “barrios" de unas quince familias por piso. Efectivamente, los habitantes solo pueden tener acceso a los pisos donde viven y en los espacios colectivos o no habitados.

 

 

equipo editorial.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Rocío García Camarero
arq. de restauración y rehabilitación de patrimonio

Aimée Mancilla Porraz
arq. de conservación del patrimonio

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