SPARTACU’S

UN RINCÓN QUEER EN CIUDAD NEZA

autor

Romain Roy-Pinot

 
 

boleto de entrada de Spartacu’s,
© L U P A

 

El Spartacu’s se convirtió con los años como una referencia en la comunidad LGBTQI+, una urbanización popular en el nororiente de la ciudad de México “a ver vestidas y chacales”.1 El antro abrió el viernes 30 de noviembre de 1984, en la colonia Maravillas de Nezahualcóyotl y sigue operando. Su creador Elías Jorge Cruz Garfias lo instaló dentro de su propia casa y lo definió como un lugar de complicidades, diversión, pasión y desenfreno; un arrabal, una discoteque.2 Spartacu’s obtuvo su fama tanto local como internacional por diferentes factores: sus shows de imitación drag, sus meseros semi-desnudos —que también bailan en jaulas suspendidas—, sus stripteasers y su cuarto oscuro que proponen aventuras cada viernes y sábados hasta el amanecer. Cada año, se siguen realizando famosos concursos en los que hombres tienen que presentar sus mejores tangas. Si el lugar inició como un espacio reducido y de cierta forma improvisado, se volvió rápidamente mundano y numerosas celebridades pisaron la pista de baile: Paquita la del Barrio, Rocío Dúrcal o Alaska quién incluso grabó con su grupo Fangoria el videoclip de “Criticar por criticar” en el antro. Es fascinante observar cómo Spartacu’s logra mezclar la población local en busca de diversión en Ciudad Neza con un público foráneo atraído por sus atracciones.

Más allá de proponer un espacio simplemente de diversión, Spartacu’s es un lugar donde heteros y gays3 conviven y construyen un ambiente en el que todas las orientaciones e identidades pueden sentirse respetadas y en seguridad. De cierta forma, su creador, Jorge Cruz, propuso mezclar heteros y gays para asegurar la integración social de la comunidad, en un contexto en el que lxs LGBTQI+ eran todavía muy discriminados. Sin embargo, con el tiempo, Spartacu’s se afirmó orgullosamente queer y consta que la comunidad trans ocupa un gran espacio, no sólo en los espectáculos propuestos por el antro sino como clientxs; ¿cómo Spartacu’s, más que otro lugar de encuentro de la Zona Metropolitana del Valle de México, logra proponer un rincón para todxs lxs miembrxs de la comunidad LGBTQI+?

Trataremos de entender el contexto en el cual se estableció un lugar como Spartacu’s en un México todavía discriminante hacia la comunidad LGBTQI+ y en una ciudad en construcción socioeconómica, Nezahualcóyotl. También estudiaremos como un antro gay como Spartacu’s propone más que un simple espacio de diversión, en comparación con los lugares de encuentro que propone la ciudad de México.

 

1. — Lanzagorta García, J. I. (2018) La Zona Rosa: Un estudio socioespacial sobre género, sexualidad, sociabilidad e imaginario urbano en la Ciudad de México. Centro de Estudios Sociológicos. Doctorado en Ciencia Social con Especialidad en Sociología.

2. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

3. — en este artículo, los términos gay o queer se refieren a todxs lxs miembrxs de la comunidad LGBTQI+.

Paquita la del Barrio, ganador de la Tanga y Jorge Cruz Garfías, s./f.
© Spartacu’s

 
 

 

Spartacu’s y Ciudad Neza.

 

Nezahualcóyotl “nació” a inicios del siglo XX, tomando forma de asentamiento; fue oficialmente convertido en municipio en 1963. Se estableció en la parte seca del Lago de Texcoco por familias provenientes de varias partes del país. Al lugar no sólo llegaron personas del Estado de México; también llegaron familias enteras de Oaxaca, Michoacán y Jalisco con la única intención de hacerse de una vida mejor. Comprar una casa o un departamento dentro de la Ciudad de México (entonces Distrito Federal) era carísimo, pero ese terreno, aparentemente inhóspito y sin nombre, se convirtió en una tierra prometida.4 Jorge Cruz, fundador del Spartacu’s, es también uno de los migrantes que llegaron de otro estado; aunque nació en Colorines (Estado de México) en 1951, pasó su infancia entre Infernillo (entre Michoacán y Guerrero) y Guacamayas (Michoacán) para llegar a Ciudad Neza en 1966. La familia siempre vivió del negocio de la carne, y emigraron buscando nuevas oportunidades.

Ciudad Neza pasó de ser un asentamiento a un municipio establecido; sin embargo, los servicios básicos tardaron mucho tiempo en llegar. Los pobladores sufrieron muchísimas carencias –la más importante, sin duda, la del agua. La única fuente de agua potable en toda la zona era una llave conocida como “Lavadero el lodazal”. Todos los días, las mujeres de la zona llevaban sus cubetas hasta allá para recoger agua potable, o bien lavar su ropa en los charcos que se formaban alrededor de la llave.5 Como Neza nació de manera informal, la labor para adquirir los servicios básicos fue aún más compleja y antes de establecerse oficialmente como municipio, los habitantes tuvieron que estructurar Neza por sí mismos. Lo que durante años fue un terregal, poco a poco fue tomando forma de ciudad gracias enteramente a sus habitantes, abandonados por el estado. Los ahora nezahualcoyotlenses juntaron dinero para pavimentar sus calles y colocar modestos drenajes.6 Aunque con el tiempo, Neza se estructuró siguiendo una trama muy regular y por lo tanto adquirió una cierta calidad de vida, en los años ochenta era considerada muy peligrosa. La primera noche que abrió Spartacu’s, algunos visitantes llegaron caminando porque el taxi no quería entrar a las calles de Netzahualcóyotl,7 alegando que era una zona insegura.8

4. — Cera, D. (2018, 18 de diciembre) Así surgió Ciudad Neza, uno de los municipios más admirables de México. Local.mx.
5. — ibid.
6. — ibid.

7. — en el libro Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias, Jorge Cruz afirma que en su ortografía original, Nezahuacóyotl incluye una “t”.

8. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

 
 

Nezahualcóyotl,
Desde los años 40, cerca del Lago de Texcoco, se establecieron asentamientos, ubicados en la actual ciudad Nezahualcóyotl.
© Centro de información y documentación de Nezahualcóyotl

 

Como nos lo recuerda Jorge Cruz, no hay que olvidar que Netzahualcóyotl se consolidó como ciudad dormitorio a raíz de 1985, cuando el diecinueve y veinte de septiembre dos sismos destruyeron gran parte de la Ciudad de México. Ante este suceso, la gente optó por salir de la capital del país y refugiarse en el oriente mexiquense.9 Él pinta el barrio como un conjunto de calles o, mejor dicho, trazos de calles, algunas casas destruidas, tierra por todos lados, polvo. Un panorama gris.10 Entre ciudad nueva y municipio alejado de las atracciones de la capital, Neza tuvo que construirse: adquirir servicios básicos así como de recreo. En aquellos tiempos, la promesa era [que] poco a poco todos los servicios llegarían a esta zona: luz, drenaje, agua potable. Teléfono o algo más moderno, ni pensarlo.11 Spartacu’s, de cierta forma, respondió a la dinámica de la ciudad, proponiendo un lugar de diversión en un municipio todavía desconsiderado. Parte de la razón del éxito del antro es proponer a una población olvidada un lugar de diversión a la altura de los que empezaban a nacer en la capital. Las disidencias sexuales de clases medias y bajas también gozan de tener espacios para encuentros […], el caso de las discoquetas-bar ‘Lillis’ y ‘Las Tortugas’ ubicadas en las inmediaciones del metro Zaragoza, así como ‘Feel Satélite’ en Naucalpan, ‘Cabaretito Dubaih’ en Ecatepec, o ‘Spartacus Disco-Bar’ una de las discotecas más emblemáticas del ambiente gay en México ubicada en Ciudad Nezahualcóyotl, es un referente del homosexual popular de clase media-baja, frecuentado por figuras de música alternativa, por las grandes exponentes del travestismo, fusionando música popular como tropical, banda, norteño con las canciones más populares de la escena del pop.12 Spartacu’s se convirtió como una oportunidad para los habitantes de la Ciudad Neza y sus alrededores para poder festejar en un lugar de inclusión sexual sin tener que ir a la Ciudad de México, al alcance de su monedero. Todavía hoy en día, Spartacu’s se percibe como una excepción, proponiendo un antro en un barrio donde muchos servicios hacen falta. De igual manera, con el éxito de Spartacu’s, la vida socioeconómica de la colonia mutó y algunos negocios respondieron a la demanda y al impulso provocado por el bar. Quizá, arropado por la proliferación de estéticas y la decadencia de las peluquerías, la colonia Maravillas fue abriendo terreno para la comunidad gay.13

a leer: ZONA ROSA

9. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.
10., 11. — ibid.

12. — Islas Vela, D. R. (2015). Zona Rosa: El territorio queer de la Ciudad de México. El consumo de la disidencia, identidades, cuerpos y habitares. Revista Latino-americana de Geografia de Gênero, Ponta Grossa.

13. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

 

Nezahualcóyotl,
En 1963, se estabelece oficialmente “Ciudad Nezahualcóyotl”.
© Hector García

 
 

 

contexto social de la época.

 

Spartacu’s nació una noche de 1984, en un contexto social muy particular.

A nivel internacional, en 1973 la Asociacion Norteamerica de Psiquiatria (APA) excluyó a la homosexualidad como trastorno de la sección Desvaciones sexuales de la segunda edicion del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,14 pero no fue el caso de todos los países. Aunque en México las leyes no proscribían la homosexualidad, como en los países anglosajones, los homosexuales no sólo fueron objetos de burlas y condenadas morales durante el siglo XX, sino también de asesinatos y, muy frecuentemente, de detenciones y extorsiones policiacas.15 Si las leyes no condenaban a la homosexualidad, la sociedad lo hacía por sí misma, calificándola de “ataque a la moral y a las buenas costumbres”, buscando otros pretextos y otros métodos para encarcelar a lxs miembrxs de la comunidad LGBTQI+. Además, con la llegada del SIDA, la comunidad gay tuvo que combatir toda una sociedad intolerante a la homosexualidad [que] fue el campo propicio para incrementar el odio a este grupo social que se mantenía en secreto, con bajo perfil.16 Se tuvo que esperar a tener más información sobre el SIDA para empezar a deconstruir todos los estigmas que generó; también, cuando en mayo de 1990, la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) excluyo la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud;17 la comunidad LGBTQI+ empezó realmente a poder integrarse a la sociedad, temiendo un poco menos los prejuicios.

A nivel nacional, en 1975 y tras décadas de persecuciones hacia la comunidad LGBTQI+, el manifiesto “Contra la práctica del ciudadano como botín policíaco”, publicado por Nancy Cardenas, Luis Gonzalez de Alba y Carlos Monsivais denunció el maltrato hacia los miembros de la comunidad. No fue hasta 1998, con el impulso de Patria Jiménez, que se suprimio la homosexualidad como agravante del delito de corrupción de menores en el Código Penal en México. El 26 de julio de 1978 se realizó la primera Marcha del Orgullo, de la mano con una marcha por el aniversario de la Revolución Cubana. En México, en especial en el municipio de Netzahualcóyotl, la población homosexual era discriminada, hostigada y ridiculizada.18

11. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

15. — Osorno, G. (2014) Tengo que morir todas las noches: una crónica de los ochentas, el underground y la cultura gay. Debate.

16. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.
17., 18. — ibid.

 
 
 

Contra la práctica del ciudadano como botín policíaco,
manifiesto por Nancy Cardenas, Luis Gonzalez de Alba y Carlos Monsivais.
autoría desconocida

 

Durante los ochentas, cuando nació Spartacu’s, las redadas seguían siendo frecuentes. Como lo vimos en nuestro artículo Ciudad Socio-Sexual, los lugares de encuentros gays tenían que disfrazarse para evitar las razzias19 policiacas. La decoración original del Spartacu’s seguía las convenciones estéticas de los bares y restaurantes de la época, tuvimos una fuente de cantera, a la cual le ponía veladoras y margaritas. En un principio quisimos darle un toque campirano a la decoración, pero no fue práctico.20 A pesar de las constantes redadas, nunca hubo rebeldía por parte de los vecinos, aunque hubo un interés por parte de la Iglesia y de la policía en perjudicarlo. El lugar fue clausurado varias veces, y como lo deja entender Jorge Cruz, fue exclusivamente por motivos homofóbos. Spartacu’s permanció cerrado hasta un periodo de 8 meses, ya que su fundador fue arrestado y luego fugitivo de la policía tras una redada en el bar. Fue en una de esas varias intervenciones de la autoridad para clausurar Spartacu’s que tuve que construir, en cuarenta y cinco días, una nueva discoteque a la que puse el nombre de Bachelor.21 Después de esta larga clausura, Spartacu’s volvió a abrir pero tuvo que reinventarse y rehacerse una reputación; por lo tanto, su clientela evolucionó también. Pasó de ser un lugar mundano –parecido al antro El Nueve en la Zona Rosa— a un espacio popular donde miembrxs de la comunidad LGBTQI+ tenían más oportunidad de expresarse.

20. — término que se encontraba mucho en los carteles que levantaban los participantes de las Marchas del Orgullo Homosexual en esta, sinónimo de redada.

20. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.
21. — ibid.

 

Marcha del Orgullo Homosexual,
serie de fotos de marchas entre 1980 y 1987.
© Armando Cristeto Patiño

 
 

 

libertad sexual en Spartacu’s.

 

Spartacu’s se inspiró en varios lugares de encuentro del resto del mundo ya que su creador viajó tanto por América como Europa antes de establecerlo. En Ámsterdam, Jorge Cruz se familiarizó con una cierta libertad sexual, hay una zona exclusiva para la vida sexual y en las calles existen aparadores con chicas y chicos mostrando sus atributos. Con cada viaje reforzaba la idea de tener un bar de este tipo en Neztahualcóyotl.22 En la Ciudad de México, se considera que El Nueve fue el primer bar oficialmente gay; apareció a finales de los setentas en la Zona Rosa. Sin embargo, en la Ciudad de México también hubo algunos lugares que visité para comparar lo vivido en el extranjero con lo que sucedía en el país. Los lugares frecuentados eran los Baños Finisterre, que hasta la fecha se mantienen abiertos en la colonia San Rafael, en la calle Manuel María Contreras; los Baños Ecuador en el centro de la ciudad; la zona de la Merced; incluso, algunos cines. La diferencia fue que en esos lugares no se permitía abiertamente tener relaciones homosexuales.23 Spartacu’s se diferencia porque es un complejo en el cual a la vez las minorías sexuales logran encontrar un lugar donde se les respeta y donde pueden convivir en paz. Había tantos lugares donde llevarlo a cabo, llenos de árboles y hierbas, espacios donde la oscuridad era tu cómplice y la orilla del río tu amigo, debido a que no había energía eléctrica, mucho menos alumbrado público;24 en general, México carecía de lugares formales donde personas del mismo sexo podían convivir, el cruising25 era frecuente. En la segunda mitad del siglo pasado, se cruiseaba en el último vagón del metro de la CDMX, en el Camino verde de la UNAM o en los baños de ciertos Sanborns; lo que sigue pasando, y aún más en contextos socioeconómico no tan permisivos. De igual forma, los primeros sexshops llegaron a México en los noventa, concepto que […] causó furor porque algunas contaban con servicio de cabinas en la que se podía observar películas pornográficas.26

El cruising está por definición condicionado por la heteronorma, porque va en su contra, fuera de la ley y de los códigos sociales. En el caso de Spartacu’s, en la parte de arriba, se encuentra una terraza con un cuarto oscuro en donde se les permite a los clientes del antro tener todo tipo de relación sexual; y de cierta forma, autorizar el cruising es una forma de resistencia, un acto de transgresión del espacio hetero normado. Por lo tanto, se generan espacios donde las minorías sexuales establecen sus propias reglas y funcionamientos. Podemos afirmar que el cuerpo y sus emociones están, de este modo, regulados social y políticamente. La sociedad occidental se ha encargado de suprimir cualquier tipo de pensamiento que no fuera conveniente o que destruya los dogmas sexuales existentes. Contextualmente, la sexualidad está ubicada o enmarcada en un esfuerzo de ordenar, regular y controlar las prácticas sexuales y los cuerpos que las gestionan. La heterosexualidad, dentro de este modelo, no es una práctica sexual sino más bien un régimen político de un sistema de producción capitalista que ha sido naturalizado como la única vía correcta de vivir la vida de los sujetos inmersos en este sistema.27 De una libertad sexual nace una libertad social; la de cambiar el paradigma de dominación en la práctica del espacio público.

 

22. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.
23., 24. — ibid.

25. — la palabra cruising se usa para poder identificar a aquellas personas -homosexuales o no- que buscaban sexo. Knopp define el cruising como "la discutible práctica masculina de circular por el espacio en busca de encuentros eróticos o sexuales anónimos o semi anónimos".

26. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

27. — Rojas Herra, L. A. (2019) Buscando el amor en el lugar equivocado: prácticas sexuales disidentes entre hombres como mecanismos de producción y configuración de identidades sexuales indómitas. Revista de Estudios de Género, La Ventana, nº 49.

 

Rogelio Villareal con Jorge Cruz y Agustín Martínez,
foto tomada en 1988 en Spartacu’s.
© Armando Cristeto Patiño.

 

Por lo tanto, las prácticas sexuales disidentes también incluyen todas aquellas conductas que desafían los mandatos sexuales hegemónicos y alteran el orden en las dinámicas sociales legitimadas. Todo enmarcado en la desconstrucción del paradigma de la heteronormatividad y la naturalización de las prácticas sexuales hegemónicas. Por lo general estas prácticas sexuales disidentes son invisibilizadas, y los cuerpos que gestionan estas prácticas se consideran ilegitimados. Aun así, estas prácticas disidentes se constituyen como normas de funcionamiento propias, como rituales, códigos corporales, jerarquías, signos y símbolos, permeados de significados para las personas que tienen acceso a ellas y que además las vuelven muy complejas.28 El anonimato provocado por el cruising, permite una deconstrucción más amplia: además de erradicar barreras sexuales, difumina la condición social. De cierta forma, la clase no se limita, en este caso, solo a las condiciones materiales de los otros, sino a la manera en la que comprenden su trasgresión sexual.29 La libertad sexual es una contradicción evidente al establecimiento de reglas que marcan una jerarquía social.

En su trabajo de investigación La Zona Rosa : un estudio socioespacial sobre género, sexualidad, sociabilidad e imaginario urbano en la Ciudad de México –basado en testimonios–, José Ignacio Lanzagorta García evoca el caso de Spartacu’s. El antro se vive como una extensión del espacio público, en el sentido que —a pesar de su carácter mundano inicial— los clientes no tratan de replicar un ambiente de “socialité”. Se nota la presencia de personas “reales”, de “militares” por ejemplo, lo que vincula la idea que estos sitios representan un “ambiente real” de cómo se vive la homosexualidad en la ciudad, en contraposición a lo “pretencioso” de la identidad gay.30 En este sentido, a pesar de ser un negocio, Spartacu’s se vive como un lugar para habitar y apropiarse.

28. — Rojas Herra, L. A. (2019) Buscando el amor en el lugar equivocado: prácticas sexuales disidentes entre hombres como mecanismos de producción y configuración de identidades sexuales indómitas. Revista de Estudios de Género, La Ventana, nº 49.

29. — Lanzagorta García, J. I. (2018) La Zona Rosa: Un estudio socioespacial sobre género, sexualidad, sociabilidad e imaginario urbano en la Ciudad de México. Centro de Estudios Sociológicos. Doctorado en Ciencia Social con Especialidad en Sociología.
30. — ibid.

 
 

Pista de Baile de Spartacu’s
© Spartacu’s

 
 

 

Spartacu’s y la diversidad sexual.

 

Al Spartacu’s concurren, además de los gay y lesbos locales, travestis de Portales, transexuales de Narvarte, transgénero de la Condesa y la Roma, bugas nacionales e internacionales de donde se les antoje.31 Como lo vimos en nuestro artículo Ciudad Socio-Sexual, la discriminación hacía la identidad u orientación sexual se constata dentro de la misma comunidad LGBTQI+. Pocos antros de reputación gay permiten un ambiente realmente pensado para el bien estar de todxs. Spartacu’s se considera como un espacio propicio para que cada persona pueda sentirse en seguridad y respetada. Aquí viene mucha gente que no piensas que sea gay. Sin embargo, al cruzar la puerta y pagar su cover de cincuenta pesos, corren a los baños con todo y su maleta. Minutos más tarde, salen transformados. El machín que cruzó la puerta se queda encerrado en la maleta que es mantenida en el guardarropa.32 De cierta forma, lugares como Spartacu’s permiten una real deconstrucción social, haciendo de las minorías un componente respetado de una sociedad plural.

Salen mujeres trans vestidas con plumas naranjas y rojas que cubren un traje dorado entallado. En el fondo suena una canción disco de los años 70 que no logro identificar. A su lado, una docena de bailarines marcan una coreografía perfecta. Spartacu’s se convierte en un auténtico cabaret.33 La comunidad trans logra encontrar un lugar de aceptación; los shows de “cabaret” incluyen mayormente a artistas trans. Pero no sólo se apropian del escenario, al contrario, son las protagonistas; el antro es conocido por tener entre su clientela a mujeres trans que suelen ser o sentirse excluidas de otras sociabilidades de varones gay o lesbianas.34 La situación social de la comunidad trans –muchas veces condenadas a ejercer profesiones poco valorizadas y a veces endeudada con el costo de su transición– es otro factor de su dificultad para integrarse. No es sorprendente que en Ciudad Neza se encuentre un lugar para esta comunidad ya que en la Ciudad de México, el nivel socioeconómico es aún más discriminatorio que la identidad sexual. Spartacu’s en la escala de la Zona Metropolitana del Valle de México se impone como uno de los pocos lugares de real inclusión ante las minorías sexuales.

31. — Pérez Cruz, E. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [prefacio] Zavalza Ediciones.

32. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

33. — Vela, R. (2018, 23 de agosto) Spartacu’s: el club gay de Ciudad Neza que nació en 1984. Vice.

34. — Lanzagorta García, J. I. (2018) La Zona Rosa: Un estudio socioespacial sobre género, sexualidad, sociabilidad e imaginario urbano en la Ciudad de México. Centro de Estudios Sociológicos. Doctorado en Ciencia Social con Especialidad en Sociología.

 

Miss Alex,
foto tomada en 1988 en el camerino del Spartacu's.
© Armando Cristeto Patiño

 
 

En su libro “La Casa de la Mema”, Annick Prieur estudió los casos de diferentes “jotas de Neza”, como las llama; de estas “vestidas” que encontraron refugio en la casa de Gerardo Ortega.35 De manera general, personas transexuales, transgénero, travestis u homosexuales afeminados tienen que adaptar su vestimenta y/o comportamiento según las situaciones sociales que se les presentan. La adecuación social es una condición impuesta por el patriarcado. La feminidad se utiliza en el juego de la seducción, la masculinidad en el del poder. Cuando otros hombres reaccionan a la feminidad de las jotas con un intento de subordinarlas, ellas pueden elegir responderles con su masculinidad.36 Spartacu’s ofrece un verdadero espqcio seguro en el que identidades sexuales marginales pueden encontrar un lugar fuera del estigma.

Les decimos “mujeres trans”, cuando les deberíamos decir “mujeres”. Spartacu’s permite una real inclusión de la comunidad trans, en donde bailan, charlan y ligan como cualquiera otra mujer. Sin embargo, se sigue un modelo heteronormado en los comportamientos entre chicas trans y hombres cis-heteros. Si la relación sexual aparece como una relación social de dominación es porque se constituye a través del principio de división fundamental entre lo masculino, activo, y lo femenino, pasivo, y ese principio crea, organiza, expresa y dirige el deseo, el deseo masculino como deseo de posesión, como dominación erótica, y el deseo femenino como deseo de la dominación masculina, como subordinación erotizada, o incluso, en su límite, reconocimiento erotizado de la dominación. En un caso en el que, como en las relaciones homosexuales, la reciprocidad es posible, los vínculos entre la sexualidad y el poder se desvelan de manera especialmente clara y tanto las posiciones como los papeles asumidos en las relaciones sexuales, activos o sobre todo pasivos, aparecen como indisociables de las relaciones entre las condiciones sociales que determinan tanto su posibilidad como su significación.37 A raíz de la discriminación ante la comunidad LGTBQI+, está la disparidad de los sexos establecido en la sociedad durante siglos. Por lo tanto, integrar a sxs miembrxs al patriarcado es consentir su permanencia; por otro lado, la identidad gay establece la posibilidad de que dos personas del mismo género no tengan que adoptar roles de géneros contrarios para poder establecer una pareja.38

35. — La Mema era un activista para los derechos homosexuales y de los trabajadores sexuales en México. Falleció en 2018, a la edad de 79 años.

36. — Prieur, A. (2014) La Casa de la Mema, Travestis, Locas y Machos. Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM.
37. — ibid.

38. — Lanzagorta García, J. I. (2018) La Zona Rosa: Un estudio socioespacial sobre género, sexualidad, sociabilidad e imaginario urbano en la Ciudad de México. Centro de Estudios Sociológicos. Doctorado en Ciencia Social con Especialidad en Sociología.

 
 

Noche de Reinas en Spartacu’s,
serie de fotos tomadas por Agustín Martínez Castro, en Spartacu’s, entre 1985 y 1988.
© Agustín Martínez Castro

 
 

 

conclusión.

 

En febrero del 2021, familiares, empleados y clientes fieles del Spartacu’s se apenaron de la muerte de su fundador; Jorge Cruz; pero Spartacu’s sigue abierto y todo lo que lo hizo famoso sigue en pie. Cuando pienso en qué sucederá con Spartacu’s cuando muera, pienso que me encantaría que el lugar existiera cuando yo ya no esté. Sin embargo, tengo claro que nadie lo va a cuidar como yo le he cuidado. Incluso sé que la defensa del lugar ante políticos, autoridades, ministerios públicos y hasta con la salubridad, será diferente, pues yo defiendo los derechos de la comunidad gay y del lugar.39 Más que un simple lugar de encuentro, de cierta forma, Spartacu’s es un manifiesto para la inclusión no solamente sexual sino social, proponiendo una alternativa de diversión tanto a las y los miembros de la comunidad LGBTQI+ sino a los habitantes de la zona.

El sentido que toman las entidades gay se ve reflejado en los espacios que consumen, el cuerpo como un lugar y práctica social, refiere la localización de los individuos y en esas prácticas está contenida la identidad, la acción y el pensamiento.40 Los bares, restaurantes u otros sitios de encuentros que marcaron la historia no son solamente relativos a un patrimonio arquitectónico y, por lo tanto, material. No, los lugares representan una cierta categoría de patrimonio mezclando características espaciales, usos y costumbres y generan una atmósfera única. El caso de Spartacu’s plantea una reflexión general: ¿cómo preservar este tipo de patrimonio y mantener siempre vivo un ambiente propio a un lugar? Sin embargo, un lugar tiene también una temporalidad, como lo podemos constatar en la decadencia de la Zona Rosa artística que se conocía en los sesentas y setentas; de los lugares de encuentro mundanos sólo quedaron fotos.

 

39. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

40. — Islas Vela, D. R. (2015). Zona Rosa: El territorio queer de la Ciudad de México. El consumo de la disidencia, identidades, cuerpos y habitares. Revista Latino-americana de Geografia de Gênero, Ponta Grossa.

 

Cartel para la 7a Marcha Nacional del Orgullo Homosexual,
en 1985, el cartel del Grupo Homosexual de Acción Revolucionaria (GHAR) incluía una cortesía para Spartacu’s.
© GHAR

 

De cierta forma, Spartacu’s a pesar de haber evolucionado mantiene un “caché” muy ochentero. El lugar se transforma en una máquina del tiempo que retrocede 40 años.41 De las luchas de ayer, se siguen percibiendo rastros hoy. El militantismo de Jorge Cruz sigue marcando los muros del antro. Mi encuentro con el movimiento gay en San Francisco fue tal que comencé a involucrarme en la marcha que organiza cada año el último domingo de junio, y que comenzó a raíz de la redada en bar Stonewall Inn, en Greenwich Village, Nueva York, el 28 de junio de 1969.42 Un cartel del Grupo Homosexual de Acción Revolucionaria (GHAR) invitaba a participar en la séptima Marcha Nacional del Orgullo Homosexual con una cortesía para Spartacu’s. El 11 de junio de 2022 se realizó la primera Gay Pride de Nezahualcóyotl en la cual Spartacu’s jugó un papel importante en su organización. También, participó Adolfo Cerqueda Rebollo, el primer alcalde gay del municipio; no cabe duda que Spartacu’s contribuyó también a integrar lxs miembrxs de la comunidad LGBTQI+ a la vida cotidiana del municipio.

a leer: ZONA ROSA

41. — Vela, R. (2018, 23 de agosto) Spartacu’s: el club gay de Ciudad Neza que nació en 1984. Vice.

42. — Zavalza Zambrano, L. (2018). Spartacu’s, Una historia con claroscuros, la vida de Elías Jorge Cruz Garfias. [basado en relatos de Jorge Cruz] Zavalza Ediciones.

 
 

 

equipo editorial.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Rocío García Camarero
arq. de restauración y rehabilitación de patrimonio

Aimée Mancilla Porraz
arq. de conservación del patrimonio

investigación.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Esteban Juárez
estudiante en arquitectura

 

 

créditos foto de portada.

Spartacu’s,

foto de la fachada del antro.
© L U P A

 
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