objetividad geográfica.
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parte 2 de 4
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APLANAR EL MUNDO
lo que los mapas cuentan de nuestras sociedades
La geografía es una herramienta socioeducativa y, como es el caso de tantos instrumentos pedagógicos, tiene intrínsecamente un impacto político. No se debe confundir una representación “objetiva” con una representación “convencional” ya que las convenciones establecidas son el resultado de decisiones arbitrarias de traducción gráfica. En la cuestión de la retranscription gráfica de los territorios, la “imparcialidad” es una meta imposible de cumplir ya que como lo vimos anteriormente, el “aplanamiento” del globo terráqueo cuenta con una multitud de posibilidades y requiere la toma de partido. ¿Una neutralidad política y por lo tanto gráfica sería entonces inalcanzable? Puesto que resulta imposible transmitir la realidad que nos rodea sin pasar por representaciones, la única objetividad posible reside en el reconocimiento explícito de los sistemas de valores que ordenan nuestra manera de ver y pensar el mundo - en el marco de una verdadera hermenéutica de la geografía.1 Los mapas siguen la misma lógica que nuestras sociedades, porque son uno de sus componentes. Ninguna objetividad de representación puede establecerse si el mundo está regido bajo un orden y una jerarquía social; y es innegable que es desigual.
1. — Musset, A. (2018) Alain Musset, La parábola del mapa topográfico a escala 1/1: la geografía entre representaciones cartográficas y realidades imaginadas. Chile: Faro Fractal, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Playa Ancha.
McArthur’s Universal Corrective Map of the World,
el mapa de fue realizado en 1979 y se vendieron más de 350,000 copias.
© Stuart McArthur
Tomar la decisión arbitraria de definir un sentido de lectura es considerar que un planisferio tenga un inicio y un final cuando nuestro planeta sigue siendo un volumen sin esquinas. Sin embargo, una jerarquía geográfica es admisible. El planeta tiene en realidad una forma más ovoidal que redondo y su axis de rotación sigue la misma lógica. Con esta realidad se han determinado el ecuador, los paralelos y los meridianos; y con ellos, se ha dado una cierta lectura del globo. Sin embargo, las representaciones que se suelen ver en los mapas ponen a Europa en el medio2 y al norte, lo que resulta de una decisión arbitraria ya que, girando de manera céntrica, no existe una prevalencia del polo norte sobre el polo sur. Es evidente que esta decisión es también una manera de inscribir en las mentalidades un orden mundial. Aunque evitar que se recorte ningún continente parece una decisión lógica, cabe admitir que ubicar el “viejo continente” en el corazón de la mayor parte de los mapas es contribuir a una visión eurocentrista del mundo. No solo se encuentra al centro del planisferio sino que al mismo tiempo al centro de los diferentes temas que suelen invocar los mapas: económicos, culturales, políticos… El Norte arriba es una convención que impone implícitamente una jerarquía entre los territorios. De esta misma organización llegaron las denominaciones de “países del Norte” y “países del Sur”; convención que incorpora absurdamente a Australia dentro de los países del Norte.
2. — se entiende también que esta decisión sigue la determinación del Meridiano de Greenwich como el “meridiano base” a partir del cual se miden las longitudinales y que su ubicación en el centro del planisferio sigue está lógica.
Mapa político ruso,
este mapa fue realizado entre 1829 y 1830 por I. Einerling y atestigua que Rusia fue colocado en el centro del mapa.
© I. Einerling
Los mapas son un conjunto de imágenes y textos cuya vocación es transcribir una información. Los Atlas o ciertos mapas más complejos dan lugar a datos más amplios; por ejemplo, estudios demográficos, reportes etnográficos o relatos históricos. Implican por lo tanto una selección de información y los mapas son diseñados al servicio de este enfoque informativo. ¿Cuáles informaciones prevalecen más que otras? No hay que olvidar que la geografía es una ciencia; y en este sentido, es viva y evoluciona. Algunos casos de determinación territorial obligan a los mapas a tomar decisiones. Por ejemplo, ¿cómo representar regiones fuera de las instituciones? Pensar en el hecho –o no– de considerar al Estado de Israel y el Estado de Palestina3 como un territorio. ¿Cómo podemos determinar la frontera tan frágil entre Israel y Palestina? Google Maps se volvió una herramienta mundial aunque es desarrollada por una empresa estadounidense. Al escribir “Palestina” en Google Maps, no nos aparece un territorio tan fácilmente identificable y la página nos invita a referirnos a una definición de Wikipedia Palestina, denominado oficialmente Estado de Palestina, es un Estado con reconocimiento limitado ubicado en el Próximo Oriente, más concretamente en el Levante mediterráneo, que consta de las regiones de Cisjordania y la Franja de Gaza.4 Es legítimo preguntarse si la representación gráfica implica la determinación. Si en este caso, se están tomando posturas políticas, en otros casos, ciertos enfoques nos hacen perder nociones geográficas. Por ejemplo, ¿cuántas veces nos olvidamos de contar Antártida como un continente en sí? En la mayoría de los mapas está presentado como un “pie de página” disformado. Esta desconsideración con este continente tiene forzosamente que ver con su ausencia de las consideraciones políticas. El cambio climático en marcha es el resultado de intereses propios a cada país y despreocuparse del polo sur y de su evolución se transcribe en los mapas. ¿En cuántas ocasiones, nos olvidamos que Eurasia es un solo continente; y bajo qué criterios fue dividido en el imaginario común? La cartografía es una herramienta para construir y deconstruir un discurso y en este caso la división de Europa con Asia nos aleja de la geografía y de la definición básica de un continente. La convención de representación pone al continente americano a la izquierda y a Eurasia a la derecha; este ordenamiento nos hace olvidar que pocos kilómetros separan Rusia de Alaska.