¿qué futuro para la Chinantla?
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parte 6 de 6
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SIERRA CHINANTECA
crónica de un patrimonio vulnerable
Una de las preocupaciones principales de los habitantes de la Chinantla es asegurar que sus hijas e hijos tengan una buena educación. En los tres pueblos visitados, niñas y niños tienen acceso a la escuela primaria y secundaria; Petlapa cuenta con una preparatoria que recibe también habitantes de Lovani. En el caso de Ozumacín, su proximidad con Ayotzintepec le da acceso más fácilmente a estructuras educativas. Los edificios de vocación escolar toman un gran espacio en el centro del pueblo, se conectan alrededor del templo, así como infraestructuras deportivas requeridas para la educación. Sin embargo, para seguir una formación universitaria, los adolescentes no tienen otras opciones que estudiar en Oaxaca de Juárez o en Tuxtepec; eso sigue representando un costo muy difícil a pagar para las familias chinantecas. Si poco a poco más y más chinantecos logran estudiar, se enfrentan a realidades socio-económicas: no pueden ejercer su carrera en su pueblo. ¿El precio a pagar para el acceso a la educación sería la migración? Cuando no es por cuestión de ejercer su carrera, migran por la falta de oportunidades. En Santa María Lovani, Sixto Alavez (actual agente del pueblo) y su esposa Eusebia Salas Aquino nos contaron que el pueblo cuenta actualmente con aproximadamente 1,000 habitantes y alrededor de 15% de la población migra, sea a ciudades oaxaqueñas (Oaxaca de Juárez o Tuxtepec) o hacía otras ciudades del país (Ciudad de México, principalmente) o hasta en Estados Unidos (California, Kentucky, Carolina del Sur u Ohio). Todos los hijos de la pareja trabajan en la ciudad de Oaxaca.
foto de habitantes del pueblo de Santa María Lovani.
foto capturada por el equipo de e c o | estudio de conservación de patrimonios, encargado del proyecto de restauración de los tres templos de Santa María Lovani, San Juan Petlapa y San Pedro Ozumacín.
© e c o | estudio de conservación del patrimonio
Si durante el siglo XX, los chinantecos lograron vivir de sus cultivos; principalmente del café y del plátano1 y poder desarrollarse, hoy en día, su producción está mayormente destinada a la autoasistencia. De facto, la mayor parte de los habitantes de Santa María Lovani, San Juan Petlapa y San Pedro Ozumacín son campesinos. En 2020, el estado de Oaxaca entró en el programa de “Sembrando Vida”, desarrollando el comercio de la canela, de la vainilla y de la naranja. Un habitante de Santa María Lovani nos indicó que existen ayudas económicas por parte del estado de Oaxaca; pero, en su caso, sigue en la espera de recibir la que se le había otorgado. Pero los cultivos siguen mayormente orientados hacia la auto-subsistencia. La auto-producción sigue siendo una realidad ya que la Chinanteca está muy difícilmente conectada a las rutas comerciales y se aprovisiona difícilmente de la producción de las regiones ajenas. Durante nuestra visita, constatamos que muchas rutas están en construcción lo que –esperemos— podría volver más fácil el cotidiano del pueblo y de sus habitantes.
Cabe admitir que una gran parte de la población de la Chinantla sigue viviendo en condiciones muy precarias. Resolver los problemas sanitarios que enfrentan es indispensable. Sin embargo, tomar el camino de resolverlos implica un desarrollo económico general y como vimos anteriormente en el caso de San Pedro Ozumacín, un desarrollo económico es en muchos casos sinónimo de una pérdida cultural. ¿Cómo asegurar el crecimiento de la Chinantla sin erradicar ni su idioma ni sus costumbres?