preservación y pertenencia.

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parte 3 de 3

PATRIMONIO CULTURAL, MATERIAL E INMATERIAL
de desafío de identificar, registrar y preservar lo intangible

 

Sea material o inmaterial, el patrimonio cultural está vivo. Si se manifiesta a través de un monumento, lo podemos ver como un “objeto” que necesita una estrategia de conservación puntual pero, porque la sociedad que lo rodea está en constante mutación, su interpretación también. El legado cultural no es estático y se define constantemente con el tiempo.1 Lo inmaterial es aún más vivo y evolutivo debido al hecho de que depende de sujetos para expresarse de manera más auténtica, y es importante no transferir la manera en la que se entiende -o que se ha entendido- el patrimonio cultural en su dimensión monumental a la manera en la que se ha normalizado el llamado patrimonio cultural inmaterial.2 Como implica sujetos, es importante no hacer del patrimonio una propiedad sino una apropiación.3 La implicación del sujeto en la manifestación del patrimonio es, para el historiador Carlos Sola Ayape, un ciclo virtuoso de la apropiación cultural: al conocerlo, podemos valorarlo [y] al valorarlo, se genera el deseo de protegerlo [...] al protegerlo, se genera el deseo de disfrutarlo, no de abusar de él, sino de un disfrute consciente [...] al disfrutarlo, se genera el deseo de reconocerlo.4 Sin embargo, la divulgación de un patrimonio, por su reconocimiento y por su registro por parte de instituciones, puede provocar su explotación. El uso que se ha dado al mismo concepto algunos lo rechazan o lo ligan a una forma de explotación mercantilista hacia los bienes culturales de las comunidades o de la nación.5 Si la explotación financiera transformó a muchos pueblos en centros de atracción cultural -como por ejemplo, a través de los “Pueblos Mágicos”, ciertas explotaciones pueden tener una envergadura internacional, cuando suceden manifestaciones de apropiación cultural indebida.6 Si un registro oficial apoya a que se detonen procesos de defensa,7 para la antropóloga Aida Castilleja González, las comunidades buscan ante todo el reconocimiento de aquellos que les pertenece.8 Sin embargo, registrar es a veces una forma de restricción que algunos sujetos pueden usar con subjetividad. La declaratoria o la inscripción en la lista representativa de los voladores en donde los voladores de Papantla llegaban a algunas comunidades [...] diciendo que ellos no pueden volar porque no estaban dentro de la declaratoria.9

1. — Velasco Ávila, C.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario.

2. — Castilleja González, A.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario. 

3. — Sola Ayape, C.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario. 
4. — ibid.

5. — Velasco Ávila, C.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario.

6. — Castilleja González, A.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario. 
7. — ibid.
8. — ibid.
9. — ibid.

 
 

Voladores de Papantla,
postal de 1971.
(autoría desconocida)

 

La cuestión de la pertenencia es compleja pero esencial. Si el patrimonio cultural inmaterial es co-dependiente de uno o varios sujetos para ser expresado, eso no implica que pueda pertenecer a todos. Estas obras humanas no pertenecen a alguien en lo particular y no pueden ser objeto de la apropiación exclusiva de uno de sus miembros o persona ajena.10 Sin embargo, el sujeto invitado a repetir gestos ancestrales, rituales o costumbres, entra en diálogo con el patrimonio cultural. En el proceso de entrega de un legado existe una conjunción de voluntades entre quien deja a sus descendientes un conjunto de bienes o enseñanzas y quien recibe y acepta como un aporte de sus ancestros a su modo de vida o como símbolo de identidad personal o comunitaria así, en la actualidad, hacemos constantemente una valoración de todos aquellos rasgos culturales del pasado, indagamos sobre su significado y los ubicamos en el contexto de nuestras identidades.11 La implicación del sujeto es esencial y nunca el patrimonio cultural debe imponerse al sujeto: en un momento dado se obliga que las comunidades sigan usando determinados tipos de costumbres, unos gorros, unos vestidos o lo que sea y ya la comunidad lo ve como algo vacío, ya no les significa.12 Por esta razón, la patrimonialización tiene que venir del propio sujeto y no solamente de las instituciones.13 La fuerza del patrimonio cultural intangible es que, en el caso del patrimonio cultural vivo, la atención se centra en el sujeto colectivo ya no en el objeto14 y la implicación de la población es directa y clave en la transmisión del patrimonio. La antropóloga Aida Castilleja González evoca el ejemplo de la “pirekua” e indica que una persona que interpreta un canto empieza a reproducir la obra diciendo “con el permiso de…”; así que el sujeto es también un medio para apreciar el patrimonio.

10. — Velasco Ávila, C.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario.
11., 12., 13. — ibid.

14. — Castilleja González, A.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario. 

 
 

Chinampas de Xochimilco,
postal de 1985.
(autoría desconocida)

 

Sobre el tema de la pertenencia, la antropóloga Aida Castilleja González se pregunta cuales son los procesos que detonan el sentido de lo propio, cuáles son los procesos que detonan el sentido de algo que te pertenece, de algo con lo que te identificas en un sentido de precedencia.15 Para ella, el patrimonio cultural como los sujetos que lo mantienen vivo son parte de un mismo contexto, así que es más a lo que tú perteneces, no es algo que te pertenece.16 Desde 1987, Xochimilco —así como el Centro Histórico de la Ciudad de México— están inscritos como Patrimonio Mundial de la Humanidad; en 2018, se declaró el área de chinampas como “sistema importante de patrimonio agrícola mundial”. Para la investigadora, estas distinciones fueron un reconocimiento que permite rearticular el tejido que sostiene a esos paisajes, no es cómo intervienes técnicamente para que la chinampa se mantenga como una pieza de museo, no, es cómo reconstituyes un tejido social que permita que ese sistema se mantenga vigente.17 La preservación debe ser una forma de acompañamiento para asegurar que todas las medidas necesarias al mantenimiento de condiciones sociales sean tomadas. Es fundamental que el patrimonio nunca salga de su marco cultural porque puede haber un tránsito irremediable de lo que es una cultura al folclorismo -no al folklor, sino al folklorismo- como prejuicio cultural que termina convirtiéndose en una especie de dogma.18 Como lo evoca el historiador Carlos Sola Ayape, es importante invocar con respeto nuestro patrimonio: por el hecho de ponerse un sombrero, un abalorio, una camisa, un collar, ya pareciera que estamos reivindicando algo; el patrimonio cultural, las comunidades, las sociedades, las identidades culturales es algo afortunadamente mucho más grande, mucho más serio, mucho más importante, [...] detrás de ese vestido, ese ritual o ese peregrinaje o esa danza, hay toda una cosmovisión, hay un verdadero imaginario colectivo.19

15. — Castilleja González, A.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario. 
16. — ibid.
17. — ibid.

18. — Sola Ayape, C.  (2021, 29 de abril) “Patrimonios tangibles e intangibles desde la investigación”. Seminario. 
19. — ibid.

 
 
 

 

equipo editorial.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Rocío García Camarero
arq. de restauración y rehabilitación de patrimonio

Aimée Mancilla Porraz
arq. de conservación del patrimonio

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