lo mexicano.
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parte 1 de 4
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MONUMENTAL. Dimensión pública de la escultura 1927—1979.
lo escultórico, historia mexicana
El inicio de la exposición se enfoca en las esculturas del inicio del siglo XX. Las producciones escultóricas, después de la Revolución mexicana, tenían vocación a afirmar un nuevo México así que tomaron un gran espacio en los proyectos arquitectónicos, urbanísticos y paisajísticos, articulados alrededor de una producción de monumentos. No solamente los escultores fueron solicitados para esta labor de afirmación cultural: Las ideas estéticas y las realizaciones plásticas surgidas en 1920 y 1938 estuvieron fundidas con la política más que en ningún otro lapso de la historia mexicana. Los pintores -en particular, los muralistas- se convirtieron en teóricos del arte.1 Es evidente que a través de las proporciones de los cuerpos que representan muchas esculturas producidas en ese entonces, se logran percibir influencias de esculturas prehispánicas: cuerpos robustos, sobredimensionamiento, rasgos pronunciados… Los artistas buscaron conectar a la modernidad con las civilizaciones originales de este continente. Si bien muchos de ellos se habían formado en la vanguardia europea, volvieron sus ojos al hábito inmediato y a un pasado mítico. Las propiedades estilísticas de los olmecas, toltecas, mexicas y mayas les permitieron emanciparse del academicismo del siglo XIX.2
1. — Reyes, P, (2020), Monumental. Dimensión pública de la escultura. 1927 – 1979, CDMX, México (exposición).
2. — ibid.
En uno de los videos de la exposición, Pedro Reyes entrevista a Geles Cabrera –considerada como la primera escultora en México, y le pregunta: Para ti, ¿el arte mesoamericano, fue una referencia?3 Pregunta a la cual, la escultora evoca sus recuerdos de cuando su padre —ingeniero civil— le explicaba las excavaciones preliminares de las obras que seguía y que influyó en su atracción hacía lo prehispánico. La producción escultórica mexicana del siglo XX es la manifestación de una confrontación de principios: una voluntad de destacar a nivel internacional, inspirándose de las tendencias occidentales y una necesidad de inscribirse en una historia ancestral de riqueza artística de los pueblos originarios. En otro vídeo, Pedro Reyes evoca el “Ídolos tras los altares” (Idols behind Altars), un libro escrito en 1929 por Anita Brenner en el cual cuenta como los indígenas escondían figuras de sus dioses detrás de la cruz o detrás del altar en donde los misioneros trataban de evangelizarlos.4 Presentando la Fuente de Nezahualcóyotl en este vídeo grabado para la exposición, Pedro Reyes nos enseña con humor la presencia de la Virgen de Guadalupe detrás del “altar” que forma la fuente. En eso, las producciones escultóricas transmiten la complejidad del mestizaje pre-hispano-cristiano. En otro momento de la exposición, el curador nos relata la historia del bajo-relieve que esculpió Chávez Morado sobre la columna central del Museo Nacional de Antropología que es, también, un intento de explicar la historia y construcción de México. Entre escultura y arquitectura, la monumentalidad del “árbol” que genera la columna y el techo es para Ramirez Vázquez un espacio al tamaño de la dignidad de un pueblo5 Trabajar lo monumental es incontestablemente darle peso a una intervención cultural.