de hotel a Museo Kaluz.
← regresar a la serie
parte 4 de 4
—
EX-HOSPICIO DE SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA
de Hotel de Cortés a Museo Kaluz
A lo largo del tiempo, el ex-Hospicio de Santo Tomás de Villanueva se siguió usando como hotel aunque varias administraciones se sucedieron por lo que el edificio se remodeló en diferentes ocasiones. En 2016, el coleccionista Antonio del Valle Ruíz adquiere el lugar y toma la decisión de restaurarlo para convertirlo en centro cultural y museo.1 Entre diciembre de 2016 y octubre de 2017, se realizó la exploración in situ e investigación documental bajo la dirección de la arqueóloga Reina Cedillo Vargas. Durante este “Proyecto de Rescate para la Restauración y Ampliación del Antiguo Hospicio de Santo Tomás de Villanueva”, se descubrió al norte del edificio, en un área de 20 m2, se descubrió un empedrado que se teoriza habría pertenecido a la Plaza Madrid, espacio del siglo XVIII que fue cubierto con el correr de las centurias. Otro hallazgo arquitectónico fueron múltiples rellenos de tierra en pisos y muros que dan testimonio de los esfuerzos prehispánicos y virreinales que se hicieron para ganarle terreno al lago de México-Tenochtitlan.2 Dentro de estos rellenos se encontraron alrededor de 300 piezas completas y semicompletas (mayormente tazones, figurillas y platos virreinales hechos de mayólica, talavera y cerámica) obtenidas de las excavaciones y en resguardo de la Sección de Catálogo de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH.3 El proyecto de restauración y rehabilitación del edificio fue encargado al arquitecto Francisco Pérez de Salazar Verea y con la supervisión de la maestra en arquitectura Mónica Márquez Ancona.
1. — Horz Balbás, E. (2019) Anexo 3 de Hospedería Santo Tomás de Villanueva y su entorno, varios autores. Investigación de Elena Horz Balbás. Ed. Kaluz.
2. — extracto del boletín nº205 del Instituto Nacional de Antropología e Historia, llamado “Expertos esclarecen el pasado arqueológico y documental del Hospicio de Santo Tomás de Villanueva”, publicado el 25 de junio de 2018.
3. — ibid.
Patio del Museo Kaluz,
foto del patio del Museo Kaluz, tomada en 2021.
© L U P A
El proyecto inició con una fase de evaluación y de análisis en la cual se llegó a determinar el potencial del edificio con base en estudios preliminares; es decir, una investigación histórica fundamentada en fotogrametría y en textos, grabados, litografías y fotografías, entre otros documentos; un estudio de mecánica de suelos, auxiliar indispensable en la revisión de lo cimentado para soportar las ampliaciones; un proceso de calas arqueológicas preliminares a base de pozos, acordados con la arqueóloga asignada por la Coordinación de Salvamento arqueológico; el análisis bioclimático y de los servicios con que cuenta el inmueble y las calas arquitectónicas que llevaron a determinar los materiales empleados, los sistemas de construcción y los refuerzos estructurales que se aplicaron a lo largo del siglo XX, en más de tres ocasiones.4 El proyecto entra en coherencia con ciertas etapas de la conversión del edificio original. Las salas de exposición ocupan la mayor parte del segundo piso; se entiende claramente que ahí se encontraban las diferentes recámaras del Hotel de Cortés ya que la exposición se articula como una sucesión de espacios reducidos. En la actualidad, se pueden ver unos perfiles metálicos en el piso que marcan la huella de antiguos muros. Las divisiones de los cuartos del segundo piso generaron intrínsecamente una configuración museográfica. En lógica con la vocación comercial que tuvieron los espacios en planta baja conectados a la avenida Hidalgo, la tienda se incorpora en la mitad derecha de la fachada principal.
4. — Pérez de Salazar, F. (2019) Hospedería Santo Tomás de Villanueva: su potencial de intervención y restauración de Hospedería Santo Tomás de Villanueva y su entorno, varios autores. Investigación de Elena Horz Balbás. Ed. Kaluz.
Sala de exposición del Museo Kaluz,
foto de la exposición México y los mexicanos del Museo Kaluz, tomada en 2021.
© L U P A
En la entrada de la exposición inaugural, llamada “México y los mexicanos” y ubicada en el segundo piso, se desarrolló un juego de “llenos y vacíos” en el que se generaron puentes y conexiones visuales entre diferentes momentos de la exposición. Esta composición arquitectónica logra también conectar este espacio con otro de exhibición que toma lugar en la planta baja. En este segundo espacio —un poco más reducido–, un piso de vidrio permite conectar a los visitantes con el espacio de exposición principal y favorece la entrada de luz natural. Este juego de transparencias aprovecha la presencia de uno de los arcos del antiguo acueducto prehispánico que se ubicaba en la avenida Hidalgo. La sala de exposición de la planta baja —que alberga actualmente una exhibición sobre el artista recientemente fallecido Vicente Rojo— da también acceso a un auditorio que aprovecha inteligentemente uno de los espacios más “ciegos” del edificio. Desde este mismo espacio, se genera también el acceso a la terraza.
Sala de exposición del Museo Kaluz,
foto de la exposición Signos y Letras | Vicente Rojo en la planta baja del Museo Kaluz, tomada en 2021.
© L U P A
Esta terraza parece ser el nuevo espacio conector del edificio ya que hace de esa quinta fachada una gran explanada al aire libre, dando una dimensión urbana al Museo Kaluz. Se ofrece un panorama inédito de la Alameda hasta la iglesia San Hipólito. Si en sus usos pasados, el patio central se inscribía como el principal espacio de encuentro y de interacción social, las sillas, mesas y parasoles con las que solía contar el patio del Hotel de Cortés se mudaron ahora a la terraza. En esta lógica, un café-restaurante se instaló al lado de una sucesión de nuevos espacios administrativos que se articulan alrededor de una cierta “caja de cristal” montada sobre el patio central y cubierta de un imponente techo. Este techo metálico da una nueva imagen al edificio en la skyline del Paseo de la Reforma; hasta ahora, el inmueble se había inscrito en la memorias colectivas por su masiva y simétrica fachada principal de piedras volcánicas. El techo —y los vidrios que lo conectan con el resto del museo– cambia drásticamente el uso del patio limitando la entrada de ventilación y luz natural. El patio del Museo Kaluz se vive como un espacio de tránsito limitado cuando durante siglos fue el corazón del edificio.
Terraza del Museo Kaluz,
foto de la terraza del Museo Kaluz, tomada en 2021.
© L U P A
La intervención arquitectónica que acompañó la creación del Hotel de Cortés dejó una fuente en el centro del patio; resultó de factura moderna, por lo que se eliminó en el actual proyecto de restauración.5 De esta fuente, solo queda una marca circular en el piso de piedra del patio. En esta decisión de (no) conservación reside una subjetividad que olvida décadas de interacciones sociales en el corazón del Hotel de Cortes. Las plantas que contribuían antes a generar esta atmósfera de tranquilidad en el patio emigraron también a la terraza. Una continuidad de macetas se expandió al perímetro de la terraza, afectando un poco la vista y dando una silueta diferente a la fachada desde la calle. Podríamos calificar de “rústico” el diseño tanto de las macetas como de los bancos que se ubican en los bordes de la terraza, aunque sus dimensiones siguen el despiece del nuevo piso. En comparación, el café-restaurante optó por una estética muy llamativa, usando una iluminación que puede acaparar el ojo de los visitantes. Este tratamiento es similar en la entrada del museo, en la tienda y en el guardarropa. Así como los baños, son los únicos espacios que parecen dejar de lado la atmósfera solemne del lugar y se imponen visualmente.
