contexto social post-olímpico.

regresar a la serie

parte 4 de 4

LOS ELEFANTES BLANCOS DE RÍO 2016
las huellas olímpicas en la sociedad carioca

 

Después de las Olimpiadas, la sociedad carioca se encontró en una situación muy contradictoria. De un lado, la época de recesión que vivió todo el país y la pandemia iniciada en 2020 no han permitido que la población de Río de Janeiro salga satisfecha de los Juegos Olímpicos. Por otro lado, podemos admitir que las Olimpiadas permitieron operar un cambio urbano que Río esperaba desde que Brasilia se construyó y le quitó su estatus de capital. El historiador y economista Pedro Coorêa do Lago afirma que si hacemos a un lado nuestras pasiones políticas, resulta evidente que las olimpiadas han dejado un legado enorme para Río. [...] Hay mejoras que de otra manera podrían haber llevado 20 o 30 años.1 A pesar de las numerosas polémicas alrededor de los Juegos, algunas iniciativas fueron muy bien recibidas y cambiaron la experiencia de la ciudad de manera positiva. Los espacios recreativos en zonas donde no había ninguna fueron bien recibidos, lo mismo que la renovación de la zona portuaria, con nuevos túneles y museos, por más que no atrajo a los residentes ni a las empresas que se esperaba. La demolición de una autopista elevada permite ver en todo su esplendor la Bahía de Guanabara.2 Para acompañar el desarrollo de la zona portuaria, llegaron dos museos que dieron más vida al centro de la ciudad. Sin embargo, a pesar de la mejora, en los últimos años la Zona Portuaria ha sufrido problemas de conservación y seguridad, y el prometido auge de la vivienda en la zona aún no ha despegado. Recientemente se han anunciado nuevos proyectos.3

1. — Jacobs, A. (2016, 24 de agosto) Las olimpiadas dejan en Río una estela de obras anheladas por mucho tiempo. The New York Times.

2. — Biller, D. y Savarese, M. (2021, 14 de julio) Río de Janeiro sigue esperando el legado olímpico prometido. Los Angeles Times.

3. — Louriero, C., Coelho, H. y Rodrigues, M. (2021, 18 de julio) Cinco anos depois, legado da Rio 2016 tem obras inacabadas, projeções fracassadas e projetos no papel. G1 Río.

 

Jardín Urbano,
foto de la fachada lateral del Museo Kaluz, tomada en 2021.
© L U P A

 

Algunos sitios que podríamos calificar de descuidados o de abandonados son a final de cuentas una aportación positiva para una parte de la población. En el Parque Radical de Río, unos 40 minutos de auto al norte de la ciudad, [...] hay señales de vida, a pesar del estado decrépito de la pista olímpica para pruebas de BMX. Todos los días hay cientos de personas trotando, gente que pasea con sus perros, patinadores y familias que hacen picnics.4 Un sentimiento de apropiación parece nacer, poco a poco, entre los vestigios olímpicos y sus entornos. En un artículo de julio de 2021, Adriella Rosa, una ciudadana que vive al lado del Parque Radical afirma que en esta parte de la ciudad no teníamos ningún sitio para hacer ejercicio.5 y practica pilates y pesas en el gimnasio gratuito del parque. De la misma forma, se constató que, afortunadamente, la parte principal del parque, un embalse que alimenta el sector de pruebas en aguas rápidas, es usado por la confederación brasileña de canotaje para sus entrenamientos. La confederación aporta equipo para clases ofrecidas por la municipalidad desde este año. Unos 50 niños y adolescentes se benefician.6 Si la práctica amateur es favorecida por la presencia de infraestructuras finalmente accesibles, el mundo del deporte profesional parece ser la primera víctima de la crisis que vive Brasil. El previamente mencionado Andrew Parsons afirma que muchas confederaciones brasileñas tuvieron problemas económicos después de los Juegos. Algunas “casi desaparecieron” al acabarse los patrocinios por la recesión. El Banco de Desarrollo estatal BNDES le retiró su apoyo al canotaje y la petrolera estatal Petrobras hizo lo mismo con el boxeo, la esgrima, el levantamiento de pesas, el taekwondo y el judo. El banco estatal Caixa Económica Federal hace poco reanudó la financiación del atletismo, la gimnasia y los paralímpicos, y empezó a patrocinar el skateboarding.7

4. — Biller, D. y Savarese, M. (2021, 14 de julio) Río de Janeiro sigue esperando el legado olímpico prometido. Los Angeles Times.
5., 6., 7. — ibid.

 
 

Villa Olímpica,
foto de la Villa Olímpica ubicada en Barra de Tijuca.
© Nacho Doce

 

Si muchas propuestas –en términos de transporte, de salubridad o de seguridad– no fueron cumplidas, las Olimpiadas impulsaron dinámicas positivas en ciertas zonas vulnerables. En algunos barrios pobres, los juegos olímpicos sirvieron como detonante para acelerar la reparación de clínicas públicas plagadas de mal servicio y largos tiempos de espera. En una de ellas, ubicada en la problemática favela Ciudad de Dios.8 Si el proceso parece lento, las Olimpiadas incitaron a la población carioca a mejorar, a la escala de su barrio, su situación social. El gobierno de la ciudad aseguró que se ha acelerado la construcción de más de 400 escuelas y clínicas de salud en barrios pobres, como parte de lo que el alcalde llamó una revitalización impulsada por los Juegos Olímpicos.9

 

Terreno Olímpico de Golf,
foto del terreno Olímpico de golf ubicado dentro de la Reserva Natural Marapendi en la zona Barra da Tijuca.
© Nacho Doce

8. — Jacobs, A. (2016, 24 de agosto) Las olimpiadas dejan en Río una estela de obras anheladas por mucho tiempo. The New York Times.
9. — ibid.

 
 
 

 

equipo editorial.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Rocío García Camarero
arq. de restauración y rehabilitación de patrimonio

Aimée Mancilla Porraz
arq. de conservación del patrimonio

Anterior
Anterior

urbanismo a dos velocidades.