una identidad sateluca.

 

parte 3 de 3

CIUDAD SATÉLITE
una idea de la modernidad

 

Como se mencionó anteriormente, la promoción de la venta de los terrenos se dirigió hacia un público determinado: familias de clase media, dispuestas a vivir en la afueras de la ciudad para conseguir una casa propia. El imaginario vinculado por la publicidad e idealizado desde la fase conceptual del proyecto urbano fue también un factor importante en la afirmación de una identidad “sateluca”. Las clases medias compartieron las ilusiones de prosperidad y estabilidad durante el llamado “milagro mexicano”, junto con una serie de condiciones materiales, unos estados mentales o imaginarios y un discurso político similar.1 Como el alcance de la publicidad de la época era muy específico, se han constatado perfiles recurrentes en la población que fundó Ciudad Satélite: eran profesionistas como médicos o abogados, profesores universitarios, oficinistas, técnicos, pequeños comerciantes, burócratas, etc. Contaban relativamente con educación superior y, para este momento, vivían principalmente en ciudades, lo que les permitía acceder a servicios culturales, de salud y entretenimiento.2 De hecho, muchos de los nombres otorgados a los circuitos son nombres de profesiones –Economistas, Médicos, Científicos, entre otros3— lo cual se podría percibir como un homenaje a las profesiones de sus habitantes. Se puede asumir que muchas de las primeras familias que habitaron Ciudad Satélite compartían una filosofía de vida relativamente similar, en torno a la educación, las dinámicas sociales o el urbanismo. En este sentido, en 1960 surgió la organización de colonos de Ciudad Satélite.4

1. — Walker, L. E. (2013) Waking From the dream. Mexico’s Middle Classes After 1968, Stanford University Press.
2., 3. — ibid.

4. — también están los circuitos: Geógrafos, Poetas, Cirujanos, Novelistas, Puericultores, Historiadores, Arquitectos, Músicos, Diplomáticos, Escultores, Misioneros, Pintores, Juristas, Dramaturgos, Metalurgistas, Oradores, Educadores, Ingenieros, Navegantes, Actores, Pensadores, Cronistas, Periodistas.

 
 

Portada de la revista Satélite,
portada del número 11 de la revista Satélite, coordinada por Colonos de Ciudad Satélite A. C., publicado en julio 1965.
© Colonos de Ciudad Satélite A. C.

 

Aunque la primera población sateluca tenía —o adquirió— condiciones socioeconómicas similares, provenía de diferentes contextos socio-urbanos: las familias que emigraron a Satélite provenían de zonas centrales del Distrito Federal, o de la provincia.5 Esta diversidad construyó la identidad sateluca como un paradigma nuevo, estableciendo nuevas reglas y determinando un modo de vida propio, nuevo para la época. La población siguió “modelos” de manera implícita —o no— que contribuyeron a definirse. Los modelos de los anuncios residenciales presentaban amas de casa modernas, vivaces, al estilo "Audrey Hepburn" dispuestas a comprar en centros comerciales y a conducir un auto, así como esposos peinados y vestidos a la "Cary Grant", de corbata, traje y vaselina, imagen de los prominentes hombres de empresa (cuadros medios, oficinistas, empresarios...) del momento.6 Ciudad Satélite se afirmó como el análogo mexicano —o al menos mexiquense— de un modo de vida suburbano inscrito en un imaginario colectivo como estadounidense. La identidad sateluca se construyó detrás de tres paradigmas: en primer lugar, el hecho de haber crecido en el seno de un proyecto urbano con ciertos ideales adoptados por los sectores sociales medios al que fue dirigido; en segundo, la percepción de haber recibido una fuerte influencia de la cultura estadounidense; en tercero, el sentimiento de haber vivido literalmente "desconectado" de la ciudad central, en una permanente condición periférica.7 Esta sensación de autonomía, de una vida al margen de la “ciudad” y de desconexión está muy ligada también a una idea de exclusividad. La ausencia de mezcla social era también vector de una cierta idea de seguridad. Otro de los elementos a partir de los cuales se caracterizó el estilo de vida moderno fue el de la homogeneidad. Vivir alejados también les permitía distanciarse de los otros sectores y de los “peligros de la ciudad”. Es decir, de algún modo, los habitantes de Ciudad Satélite huían de la mezcla social, la proximidad y la densidad, características urbanas por excelencia.8

5. — de Alba, M. y Capron, G. (2011)  Sueños residenciales para la ciudad del futuro, publicado en “Satélite el Libro, Historias suburbanas en la Ciudad de México” de M. de Alba, D. Busquets, G. Capron, F. Llanos y U. Waizel, UAM Iztapalapa (2011).
6., 7. — ibid.

8. — Alcantar García, E. (2020) Ciudad Satélite, el habitar moderno de las clases medias mexicanas, Academia XXII, segunda época, año 11, núm. 22, México, UNAM.

 

Arquitectura sateluca,
serie de fotos de casas de Ciudad Satélite, tomada en julio de 2023,
© LUPA

 

Se construyó un mundo “exclusivo” con dinámicas sociales propias claramente identificables que indican una voluntad de mejorar la eficiencia de la ciudad: en la banqueta, frente a cada predio se encuentra una canasta metálica, en la cual se deposita la basura; la nomenclatura que sirven para indicar las calles es un elemento gráfico emblemático y constante en toda Ciudad Satélite, a la par con los numeritos de cada propiedad indicado en la banqueta, para ser identificado más claramente desde el coche. La importancia dada al auto en la concepción socio-urbana de Ciudad Satélite influenció no sólo los “mecanismos” de los habitantes sino la identidad gráfica del barrio. En el caso de Ciudad Satélite sus imaginarios se han configurado a partir de tres elementos principales: las torres de Satélite, el Centro Comercial y el suburbio, que a su vez se han transformado en los lugares en donde se despliega el habitus de la clase media de Ciudad Satélite y que legitiman su capital simbólico.9 Las torres fueron también concebidas como un hito urbano asociado al recorrido en automóvil pero con el tiempo se volvieron un elemento gráfico apropiado por los habitantes como un escudo o un logo que se puede ver sobre las puertas de los taxis, en las vitrinas de los comercios o más sorprendentemente, en el piso del Santuario de San Felipe de Jesús.

9. — Alcantar García, E. (2020) Ciudad Satélite, el habitar moderno de las clases medias mexicanas, Academia XXII, segunda época, año 11, núm. 22, México, UNAM.

 

Las torres,
serie de reinterpretaciones de las Torres de Satélite.
autoría desconocida

 

De esta forma se representaba un estilo de vida basado en la propiedad privada, tanto de vivienda unifamiliar propia como de un vehículo, el cual también funcionaba como una metáfora de la velocidad que había adquirido la vida moderna para las clases medias.10 El automóvil era parte esencial del proyecto de Mario Pani y por lo tanto, un elemento determinante en la sociedad sateluca. El coche se volvió una condición ya que los residentes se veían obligados a viajar diariamente con su vehículo personal para ir al trabajo y a recorrer kilómetros para encontrar una tienda o un hospital. Quedaron excluidos otros sectores sociales, como campesinos y obreros, quienes recurrieron a otras estrategias para conseguir vivienda de interés social o de autoconstrucción.11 Andar en un auto se volvió una norma y un marcador social; el recorrido peatonal de Ciudad Satélite pasó a un segundo plano y el esparcimiento de los servicios tampoco incitó a los habitantes a caminar. Ciudad Satélite se vive en los interiores de las casas —o de los coches— o al menos de los predios. Si Pani había concebido los corazones de manzanas como espacios públicos, muchos se volvieron predios habitados. En la práctica concreta de la ciudad, los terrenos baldíos se volvieron espacios públicos clandestinos para los encuentros de las nuevas generaciones satelucas, compensando la ausencia de espacios pensados para ellos.

10. — Alcantar García, E. (2020) Ciudad Satélite, el habitar moderno de las clases medias mexicanas, Academia XXII, segunda época, año 11, núm. 22, México, UNAM.

11. — Capron, G. (2011) Y Satélite se volvió suburbio de clase media…, publicado en “Satélite el Libro, Historias suburbanas en la Ciudad de México” de M. de Alba, D. Busquets, G. Capron, F. Llanos y U. Waizel, UAM Iztapalapa (2011).

 

Los satelucos,
serie de fotos de Guillermo Merino.
© Guillermo Merino

 

El mall se volvió el núcleo de Ciudad Satélite, el punto de encuentro social principal, pero la urbanización no reservó un espacio para la vida cultural. "¿Qué pasa? Que todo se concentró en el sur de la ciudad y en el Centro Histórico, tal vez en la colonia Roma y ahora empieza en la Condesa. Son cinco o seis espacios decretados como culturales; todo lo demás exige migraciones."12 La vida que se vive en Ciudad Satélite puede percibirse como rutinaria, un sateluco es alguien que llega tan cansado a su casa que se pone a ver televisión; y que lo cansa tanto la televisión que se pone a dormir; y que lo cansa tanto el sueño que se levanta malhumorado; y que lo cansa tanto el tráfico que llega a su trabajo un tanto desesperado; y que lo cansa tanto su trabajo que lo cumple con la resignación de un ritual de otro siglo; y que lo cansa tanto regresar a su casa que prefiere tomar unos tragos. Pero luego se acuerda de que de cualquier manera tiene que regresar a su papel de padre de familia amoroso o madre amorosa solícita y entregada a los deberes duales del hogar o del trabajo, que acaban desesperados viendo que los hijos se fastidian de tanta solicitud, esa es mi imagen.13 En esta ciudad de ritmos tan previsibles, las nuevas generaciones de satelucos se ven obligados a desplazarse para estudiar y migran porque se salen de un contexto donde la cultura no juega ningún papel.14 La ciudad es un organismo en constante mutación, capaz de adaptarse para responder a nuevas exigencias. Sin embargo, la construcción desde cero del modo de vida sateluco provocó una suerte de fervor ciudadana en la cual los habitantes del suburbio sienten que mueren de pavor y tristeza cuando se enteran por rumores, de que quieren destruir su paseo, sus camellones, sus eucaliptos, sus jardines, para construir una avenida. [...] La promesa se cumplió: el suburbio es un lugar moderno, desarrollado, bien urbanizado, de fácil acceso. La gran promesa es una realidad ¿por qué quejarnos entonces?15

Bajo estas perspectivas, ¿cuál sería el porvenir de Ciudad Satélite?

12. — Vázquez, L. (2004) La aldea medieval fallida. Entrevista a Monsiváis [palabras de Carlos Monsiváis], publicado en “Satélite el Libro, Historias suburbanas en la Ciudad de México” de M. de Alba, D. Busquets, G. Capron, F. Llanos y U. Waizel, UAM Iztapalapa (2011).
13., 14. — ibid.

15. — Alcantar García, E. (2020) Ciudad Satélite, el habitar moderno de las clases medias mexicanas, Academia XXII, segunda época, año 11, núm. 22, México, UNAM.

 
 
 

equipo editorial.

Romain Roy-Pinot
coordinador del área de investigación

Rocío García Camarero
arq. de restauración y rehabilitación de patrimonio

Aimée Mancilla Porraz
arq. de conservación del patrimonio

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